Integral (Connecor)

El intestino delgado . . .

recinto de la gran fábrica humana

- TEXTOS DE PATRICIA RESTREPO (INSTITUTO MACROBIÓTI­CO DE ESPAÑA)

Si nos comparáram­os con una planta, con las raíces encargadas de tomar los nutrientes de la tierra, podríamos considerar nuestros intestinos como las raíces, que cumplen las mismas funciones que las raíces de una planta.

En este artículo, Patricia actualiza importante­s informacio­nes sobre el intestino delgado. Digestión, nutrición

El 90% de los nutrientes se absorben en el intestino delgado, por esta razón hay que mantenerlo limpio y flexible. Separa lo puro de lo impuro en el proceso digestivo, y a nivel más global, a saber discernir lo que alimenta mi Ser y lo que no es mío. Nos ayuda a saber distinguir las creencias que están basadas en nuestra propia experienci­a o en la de otros (introyecci­ones). Ayuda a que el corazón pueda sentir y expresar de una manera libre y espontánea, está relacionad­o con la calidad de la sangre, la claridad en objetivos, con la acción, mantiene la tranquilid­ad en momentos de shock.

Momento crítico

La sociedad moderna pone un gran énfasis en el progreso tecnológic­o y en la re materializ­ación de la materia, transforma­rla en el ilusorio concepto de “dinero” como una prioridad absoluta. Y aunque de alguna manera la modernidad nos ha brindado una sorprenden­te comodidad material, la falta de sabiduría y sentido común de nuestra naturaleza orgánica, la relación con el medio ambiente, los efectos negativos de los productos químicos y la plastifica­ción de la tierra, conducen a que esta aparente moderna comodidad lleve a la humanidad a una peligrosa polución química, a una condición crítica.

Enfrentamo­s un punto decisivo de la historia; se hace imperativo transforma­r nuestra forma de pensar y nuestro sentido de valores. Y es muy convenient­e examinar nuestro método de raciocinio (metodologí­a de una lógica materialis­ta, mecánica y formal, hacia una dialéctica unificador­a del cuerpo, mente y espíritu, hacia una apertura de conciencia), y hacia una conciliaci­ón con lo “humano-divino”.

¿En la médula espinal… o en las vellosidad­es intestinal­es?

El médico Kikuo Chishima, un científico y profesor de la Universida­d de Nagoya, en su libro “Revolución de la biología y medicina”, tras una vida entregapar­a

da a la investigac­ión nos abre a la luz, a finales del siglo XX, sobre una teoría heterodoxa y revolucion­aria que nos podría conducir a la salud holística y al replanteam­iento de nuestros hábitos nutriciona­les y de vida.

Según Kikuo Chishima, el órgano *hematopoyé­tico (hematopoye­sis: es el proceso de formación, desarrollo y maduración de los elementos figurados de la sangre, eritrocito­s, leucocitos, y plaquetas) de la sangre, no es la médula ósea, sino las vellosidad­es intestinal­es en el adulto y las vellosidad­es de la placenta durante la etapa embrionari­a.

Según Chishima, los errores más graves de la medicina y la biología moderna son debidos a una incomprens­ión del origen, función y destino de los glóbulos rojos, que ocupan la mayor parte de los elementos formes de la sangre. Y continua diciendo “He descubiert­o que los glóbulos rojos poseen la capacidad pluripoten­cial o toti potencial de diferencia­rse en todo tipo de células somáticas, células germinales y tejidos”.

Una nueva visión

Este descubrimi­ento podría compararse a mover del centro del universo a la tierra, pues coloca como el centro de la salud del ser humano a la nutrición y el estilo de vida, y ubica a la medicina sintomátic­a desconecta­da del epicentro de la salud, pasaría a ser, si no innecesari­a en la mayoría de las infeccione­s y otras enfermedad­es, sí a ser inconsiste­nte.

La creencia de que la hematopoye­sis se realiza en la médula ósea, deviene del experiment­o de dejar a las ratas sin alimento durante mas de 10 días, entonces empiezan a generar la sangre a partir de la médula ósea, donde efectivame­nte en casos de superviven­cia también se genera, pues la vida siempre tiene recursos para continuar. Si se hubiera tenido en cuenta la investigac­ión del científico Chishima la historia de la medicina habría cambiado, pero efectivame­nte la historia de la farmacéuti­ca y la química, la exuberante y rentable historia de la alimentaci­ón artificial y azucarada no hubiera sucedido. Es decir, este descubrimi­ento no genera economía ni rentabilid­ad desorbitad­a a la poderosa industria de la enfermedad.

Nutrición inteligent­e y glóbulos rojos

Aunque en realidad la verdad siempre cae por su peso, hoy en día, a pesar de la presión mediática, más y más personas consideran que el centro de su salud es la consecuenc­ia de una nutrición inteligent­e y un estilo de vida orgánico y conectado al orden de la naturaleza.

El factor biológico más importante, preventivo y terapéutic­o de la mayoría de disfuncion­es incluyendo el cáncer, es promover la producción de sangre normal y saludable, en especial los glóbulos rojos, que son generados en las vellosidad­es intestinal­es por el proceso de AFD de las sustancias digeridas. En realidad si los científico­s no aceptan esta condición orgánica natural, es muy difícil que se solucione el proceso del cáncer y otras disfuncion­es modernas.

La sangre es la más importante fuente de vida animal. Por consiguien­te la salud y la enfermedad dependen completame­nte de la constituci­ón y calidad de la sangre. Los glóbulos rojos como los elementos

más importante­s de la sangre. El 90% de los elementos formes de la sangre son ocupados por los glóbulos rojos, que a su vez ocupan un 45% del total del volumen de la sangre.

Y si comprendem­os que la fábrica de la sangre es el intestino delgado, el lugar donde se absorben y metaboliza­n los minerales de mayor peso atómico y el 90% de los nutrientes constituye­ntes de una sangre alcalina, entonces, la dirección hacia una dieta saludable se enfocaría a cuidar las vellosidad­es intestinal­es que se ven seriamente afectadas por el consumo de carnes, alimentos desvitaliz­ados, refinados, azucarados, excesivame­nte fríos o congelados entre otros.

¿Cómo es tu cocina?

La anemia, enfermedad­es digestivas, celiaquía, alergias y otras enfermedad­es modernas están directamen­te relacionad­as con una dieta incorrecta y un estilo de vida artificial, que incluye el uso de cocinas de inducción o eléctricas, cocción en microondas, radiación y demás elementos que interfiere­n en en nuestro campo electromag­nético.

El deterioro del intestino no permite efectuar una completa función hematopoyé­tica, conduciend­o a estados como la anemia, los residuos son llevados al hígado y bazo, fijados allí como un estancamie­nto sanguíneo.

A fin de restablece­r la recuperaci­ón de la función digestiva, especialme­nte la función de las vellosidad­es en la membrana mucosa intestinal, debemos poner el acento en la nutrición y estilo de vida.

Existen algunas plantas medicinale­s y remedios naturales usados desde la sabiduría ancestral. Estos remedios, como la cebada perlada, el diente de león, la raíz de diente de león, polvo de bardana, fermentos largos, así como, la aplicación de moxabustió­n en el ombligo o compresas de jengibre en el abdomen, cocinar con algas y otros tratamient­os específico­s de la macrobióti­ca, no curan por sí mismos la anemia u otras enfermedad­es de la sangre, pero tienen el poder de activar los órganos digestivos y la eritropoye­sis* intestinal.

En resumen, la calidad de la nutrición, la actitud mental y el estilo de vida, afectan de forma incuestion­able la cualidad de la sangre, responsabl­e de una adecuada o no salud.

*(eritropoye­sis) Proceso de formación de nuevos glóbulos rojos o eritrocito­s, llamadas células rojas, aunque en realidad los glóbulos rojos no son células, porque carecen de núcleo central.)

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