Pascimottanasana . . . . .
El nombre
En el antiguo idioma sanscrito, pascima significa parte posterior, uttana significa estirado, y asana se refiere a la postura. Por lo tanto, pascimottanasana es la «postura de estiramiento posterior» refiriéndose al gesto que flexibiliza de forma generalizada la cara posterior del tronco y los miembros inferiores. Este ejercicio clásico del yoga es más popularmente conocido como «la pinza», obviamente por su parecido al mostrar el tronco plegado sobre las piernas extendidas llegando a unir sus dos extremos: manos y pies. Para simplificar, utilizaremos este segundo término.
La postura de «la pinza» tiene una variante muy parecida desde la posición de pie. Su nombre es uttanasana, la postura de «flexión intensa». Su diferencia radica en el cambio de gravedad; la postura sentada resulta más estable pero exige una mayor firmeza. En cambio, la postura de pie permite un mayor abandono del tronco a merced de la fuerza de gravedad.
Flexibilidad
¿Puedes atarte el cordón de los zapatos manteniendo las rodillas extendidas? Esta es una sencilla manera de evaluar el grado de flexibilidad de la cadena muscular posterior. En caso afirmativo, puedes considerar que gozas de una óptima flexibilidad. En caso contrario, ello debería hacerte plantear el objetivo de recuperar a largo plazo tu capacidad de estiramiento posterior.
Con el tiempo, nuestro cuerpo se adapta al uso que le sometemos. Y, ocurre que con el común estilo de vida sedentaria muchos movimientos corporales suelen ser incompletos o incluso olvidados. Cuando una articulación deja de actuar plenamente, sus tejidos relacionados van perdiendo su funcionalidad, reduciendo su capacidad elástica, volviéndose más rígidos y por lo tanto mermando las capacidades motrices.
La buena noticia es que la flexibilidad articular puede recuperarse en gran medida. Este es uno de los propósitos del yoga en cuanto a su disciplina corporal: El movimiento está asociado a la vida. Una articulación flexible permite la fluidez circulatoria a su paso, favorece la nutrición celular de sus tejidos, y por supuesto, conlleva harmonía de movimiento sobre todo el conjunto corporal.
Beneficios
El principal efecto de «la postura de la pinza» es el estiramiento de la cadena muscular posterior del tronco y las extremidades inferiores. Los principales músculos afectados son: tríceps sural (gemelos y soleo), isquiosurales, cuadrado lumbar, dorsal ancho y erectores del tronco. Entre los beneficios mencionados que aporta la flexibilidad articular. Nuestro ejercicio destaca por su efecto relajante de las comunes tensiones de espalda, una acción rectificadora de la común hiperlordosis lumbar, y una mejoría en la capacidad de movimiento corporal para el gesto natural de flexionar el tronco al frente.
Si bien hay partes del cuerpo que deben tensarse para mantener la postura, el nivel de esfuerzo general es bajo, por lo que el resultado final es un agradable estado de relajación corporal.
La flexión del tronco provoca una importante compresión del vientre. Junto al bombeo respiratorio, proporcionan un profundo masaje interno sobre los órganos y vísceras abdominales, favoreciendo sus funciones vitales.
«Bajar al suelo» nos reconecta con la energía de la tierra, enraizando, abriendo paso a la conciencia irracional mientras la mente entra en un estado de profunda calma.
Precauciones
Cuidado con la columna lumbar: Por lo general, esta es la zona más problemática de nuestro aparato locomotor. Son muy comunes las lumbalgias (inflamación de sus tejidos) y las discopatías (atrofia de los discos intervertebrales). Por ello, a la hora de ejercitar esta zona es importante proceder con lentitud y cautela para evitar cualquier síntoma de dolor que nos indique la inconveniencia del ejercicio. En caso de sufrir disfunciones lumbares de cualquier tipo, conviene consultar a un especialista profesional la posibilidad de poner en práctica este tipo de estiramientos.
Al inicio, muchas personas con importante acortamiento muscular no logran alcanzar la postura. Es muy importante no sobresforzarse. En tales casos, pueden servir las pautas de autorregulación descritas más adelante. En el caso de las mujeres embarazadas o personas obesas, conviene realizar la postura de la pinza con las piernas suficientemente abiertas para evitar comprimir el vientre contra los muslos.
Preparacion
Cuanto mayor sea la dificultad para realizar el ejercicio, más necesario será dedicar un tiempo a preparar las partes implicadas por separado. Para este fin, mostramos las dos siguientes propuestas:
Compensacion
Tras una flexión intensa de tronco conviene neutralizar el efecto postural ejerciendo un gesto opuesto en extensión. Para este caso, hemos elegido una postura de yoga que se enlaza directamente desde la postura de la pinza.
Un ejemolo a seguir
ROSA BANÚS es la mujer que muestra los ejercicios de este artículo. A sus 82 años, sigue asistiendo a las clases de nuestro centro de yoga prácticamente a diario, mostrando una condición física envidiable para su edad. Esta es una clave muy importante para mantener la salud física: la disciplina constante en el hábito de ejercitar el cuerpo siguiendo un método integral y respetuoso. Por cierto, ¡Rosa lleva más de 50 años practicando yoga! Pero, quien la conoce sabe que es un ejemplo a seguir en muchos otros aspectos personales, como su carácter calmado, alegre y bondadoso. Desde aquí expreso mi agradecimiento por la suerte de compartir tantos momentos a su lado.