Trucos para eyacular

Una vez localizada la zona de la próstata que toca la pared vaginal, experimenta diferentes maneras de estimularla: frotando suavemente, más enérgicamente, deprisa, despacio, fuerte, suave. Empieza de menos y más y observa qué le gusta a tu próstata en cada momento. Hay mujeres a las que les ayuda estar ya muy excitadas cuando se estimulan la próstata; otras prefieren hacerlo después del orgasmo; otras ir combinando;… Utiliza dedos, pene, dildos, vibradores, etc. y busca qué te va mejor a ti. Cuando en plena excitación erótica o por estimulación expresa de la zona sientas ganas de orinar, relájate y eyacula. Muchas mujeres, sobre todo las primeras veces, se sienten más cómodas si han vaciado la vejiga antes. Con la vejiga vacía, verás que no hay peligro de orinarse. Así que lo dicho: relájate y puedes incluso hacer un pequeño gesto de orinar para ayudar al primer chorro a salir. Cuando lo consigas, observa y huele el fluido y verás que no es orina. Es de un color blanquecino y aunque puede arrastrar restos de urea, el olor no es ni de lejos tan fuerte como el pipí 100%. ¡Por cierto! Recuerda que el semen masculino también coincide en el último tramo con el conducto urinario y arrastra restos de orina… y nunca nos ha sucedido nada malo por ello ¿verdad?

Con el tiempo y la práctica verás que cada vez te resulta más fácil. Una vez se abre la fuente por primera vez, parece que el cuerpo recupera rápido la memoria perdida. Además, aprenderás a diferenciar la sensación de tener ganas de orinar y la de estar a punto de eyacular. Y obsérvate el día después: en el Tantra utilizamos la eyaculación femenina como vía de limpieza de memorias sexuales. Si te fijas, después de eyacular, te sentirás renovada y poderosa como una diosa terrestre.