PRIVILEGIADA ATALAYA
La decoradora barcelonesa Estrella Salietti firma un homenaje al relajado estilo ibicenco poniendo al día una casa cálida y de distinguida simplicidad con fantásticas vistas sobre el Mediterráneo
Un homenaje al relajado estilo ibicenco. Por Estrella Salietti
Ibiza no fue descubierta –ni mucho menos inventada– por hippies y místicos New Age, como tampoco es preeminentemente nocturna, aunque sus noches, tan cortas como intensas en verano, sean con justicia célebres. La luz de la isla balear, que convierte en oro sus encaladas paredes, constituye la joya principal de un tesoro natural que atrajo, ya en los años veinte del pasado siglo, a una avanzadilla de viajeros exquisitos, escritores y artistas internacionales. El filósofo alemán Walter Benjamin, enamorado de la mayor de las Pitiusas, que tuvo una importante influencia en su vida y su obra, la describió como “el paisaje más virgen que he encontrado”. Y a pesar del impacto del turismo, su inalterada belleza mediterránea no ha dejado de embelesar a nuevos visitantes y pobladores. Como los dueños de la casa que nos ocupa, una pareja asidua a Ibiza que, a la primera oportunidad, decidió comprar una parcela de paraíso en una de las privilegiadas laderas del sur de la misma.
“Conozco bien a los dueños, con los que he trabajado en varias ocasiones. En su día les hice una casa en Barcelona –recuerda la decoradora catalana
Estrella Salietti–. Habían comprado una casa típica ibicenca y querían renovarla totalmente”. Se trataba de una construcción de ancestral sencillez payesa –materiales autóctonos como piedra, madera de pino y estuco a la cal, cubiertas planas y falta de artificios– distinguida por unas soberbias vistas al mar, que Salietti decidió potenciar “abriendo salón y comedor al exterior y utilizando microcemento azul en los suelos para acercar visualmente la casa a ese horizonte acuático”. Las guías de la reforma fueron máximas funcionalidad y comodidad, una campechana armonía y un toque decorativo fresco y desprejuiciado. Para esta última labor, contó con la colaboración de la propietaria, “una mujer arriesgada y con mucho gusto, que viaja y compra muebles y antigüedades con un criterio impecable”. Así, el resultado perseguido, “que fuera muy Ibiza, pero a la vez moderna y sofisticada”, no podía sino alcanzarse.•
“Trabajo como en la alta costura: al detalle, probando combinaciones de luz, colores, piezas, etc.” Estrella Salietti, decoradora