LA NUEVA ARQUITECTURA
LA CASA POR EL TEJADO ES UNA INICIATIVA QUE ARRANCÓ CON EL PUNTO DE MIRA PUESTO EN LOS TERRADOS DEL EIXAMPLE BARCELONÉS. EL SUELO DISPONIBLE EN LAS ALTURAS SE HA REVALORIZADO CON NUEVAS VIVIENDAS
El arquitecto Joan Artés nos habla de la iniciativa ‘La casa por el tejado’
La ciudad es un mosaico ensamblado por el tiempo y por el ingenio humano. Se construye y transforma, en ocasiones por sustracción, en otras por adición. Es el caso de La Casa por el Tejado, iniciativa impulsada por el arquitecto Joan Artés. El primer proyecto fue su propia vivienda en un espléndido terrado del paseo de Gràcia de Barcelona hace 14 años. Un experimento fundacional que recuperó hace un lustro, sentando las bases de la actual empresa. Tras consolidarse en Barcelona, se está implantado en otras ciudades: Madrid, Bilbao, San Sebastián, Pamplona, y ahora París.
¿Qué es La Casa por el Tejado? El origen se encuentra en una tesis doctoral universitaria, quería demostrar que se puede acabar la ciudad y completar edificios que tienen edificabilidad. Ha sido un proceso donde generamos investigación sobre sistemas constructivos contemporáneos vinculados al ámbito del conocimiento. El Eixample de Barcelona ha sido tu primer campo de acción. ¿Qué te descubrió? Entre los ensanches que se crearon a
mediados del siglo XIX en muchas ciudades, el de Barcelona es muy grande. Inventariamos 800.000 m2 libres en altura. Es decir, edificios que nunca completaron sus posibilidades de edificabilidad según la normativa. Entonces vimos que había mucho para hacer.
Inicialmente, la persona que explicaba el proyecto a los vecinos era un antropólogo; queríamos transmitir a la gente que hay un beneficio compartido. La ciudad del siglo valoraba la
XIX planta principal; hoy, las alturas. Este cambio juega a vuestro favor. Sí. Pero, además, construir sobre un edificio es poco invasivo y nos permite hacerlo muy rápido. Cuando se creó el Ensanche había mucho suelo disponible, no existía presión. Lo que explica ese importante remanente de metros cuadrados. Hoy, la gente quiere volver a vivir en el centro. Estamos en zona prime, y en posición prime en el edificio. Tienes buenas vista, sol, una terraza. Lo que se ve por la ventana de nuestra casa también es parte de ella… En estos proyectos podemos optimizar la visión, orientarla, generar vistas propias: retirar fachadas, crear espacios intermedios, perspectivas en diagonal, patios… Nunca ocupamos el 100%. Podemos crear paisajes interiores, incorporar vegetación. Perdemos metros de fachada, pero ganamos espacios de calidad.
Dices que hacéis bienes muebles y, al colocarlos en la cubierta del edificio, devienen inmuebles. Disponemos de una nave donde ensamblamos todas las piezas de la futura vivienda, que nos llegan de distintos proveedores. Después lo trasladamos por módulos a la cubierta. No nos consideramos promotores. Nuestro enfoque es colaborativo. A modo de empresa de servicios, seguimos todo el proceso, desde la identificación del suelo a la entrega de llaves, sin perder de vista la investigación arquitectónica. ¿El crecimiento de las ciudades pasa por lo vertical? Siempre que se haga bien. Nosotros, al construir sobre lo construido, aprovechamos infraestructuras ya amortizadas (calles, instalaciones, servicios, escuelas, equipamientos, escuelas). El modelo de ciudad extensiva en España en el último medio siglo ha consumido mucho terreno y recursos. Es insostenible desde el punto de vista medioambiental, económico y sociológico. En el inicio del proyecto vimos que había una capa de ciudad encima de la ciudad. Y en Barcelona, donde ya no queda prácticamente suelo disponible, hemos hecho aflorar suelo.
¿El arquitecto debe ser hoy
también emprendedor? Tengo necesidad de ir mas allá y la sensación de haber abierto una puerta y que está todo por hacer. Con la crisis me fui a Abu Dabi a trabajar. Pero decidí volver e iniciar la tesis “El suelo en el techo”. El conocimiento nunca queda en el olvido. Soy arquitecto, ejerzo como tal, y mi objetivo ha sido desarrollar una empresa con criterios de arquitecto. Creo que servimos para más cosas que solo proyectar edificios y distribuir espacios. Solucionamos necesidades y, en muchas ocasiones, añadimos visones que no estaban en la demanda original. Edificáis viviendas del siglo sobre
XXI las del XIX. ¿En qué ha cambiado nuestra cotidianeidad? En el uso de los espacios. Generalmente son más pequeños, con lo cual también se han hecho más abiertos. Sin embargo, a la vivienda todavía no se le pide las prestaciones que te da un coche, pero es cuestión de tiempo. Hoy ya podríamos tener información útil que nos facilitase la vida. ¿Qué ventana no ajusta y se pierde calefacción? ¿Cómo contactar rápido online con el suministrador de una pieza a reponer? Creo que se abre un gran campo. ¿Cuál es el papel del arquitecto en el siglo XXI? Tiene la obligación de leer la contemporaneidad. En tan solo 50 años ha habido un gran cambio sociológico. Es un error equiparar arquitecto con artista. El arte es una cosa muy seria. También es cierto que algunos arquitectos hacen arte. Son los primeros que proponen algo nuevo.Como Le Corbusier, Alvar Aalto, Gaudí. Y hoy, Koolhaas, Murcutt o, entre nosotros, el estudio RCR, último Premio Pritzker. Enric Miralles era otro de los grandes. Son la
tiempo.• vanguardia de su
“EL CONOCIMIENTO NUNCA QUEDA EN EL OLVIDO”