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Esta es la casa del interiorista Serge Castella y su pareja, Jason. Un hogar de estética setentera donde el color blanco se convierte en el hilo conductor de una decoración en la que el arte y las piezas de época, así como el diseño contemporáneo, son lo
El interiorista y diseñador Serge Castella nos abre las puertas de su magnífica casa
Los setenta fue una década prodigiosa en decoración que no dejó indiferente a nadie. Denostada por unos y adorada por otros, parece que ha vuelto y para quedarse en la vivienda que os mostramos en estas páginas. Su propietario es Serge Castella, interiorista y diseñador, que la compró hace un par de años y la ha ido transformando poco a poco. Serge y su pareja, Jason, llevaban ya mucho tiempo viviendo en el Empordà (Girona), en una casa preciosa, pero les apetecía un cambio, y buscaron algo realmente especial (y nada tradicional).
Partían de la premisa de que no querían una masía al uso, ya que estas suelen tener problemas de luminosidad, se distribuyen en varias plantas y son excesivamente viejas. Preferían una casa en el campo con un buen terreno y que recordara a la arquitectura de los años setenta, algo difícil de encontrar en esta zona (es más habitual en las áreas costeras, no en el interior). Pero después de mucho buscar lo lograron: dieron con esta finca en Rupià (Baix Empordà, Girona), de una única planta, con mucha luz y espacios modernos. Y grandes, para recibir a los amigos, además de unos exteriores impresionantes para disfrutar todo el año. Estaba en buenas condiciones y el terreno circundante era espectacular. La vieron una sola vez y fue suficiente para enamorarse y comprarla. Pero no contentos con ello, decidieron reformarla redistribuyendo el interior casi por completo, y conservando solo algunos elementos que les gustaban, como la chimenea de ladrillos del salón. “Las obras duraron unos ocho meses para los interiores y un año en los exteriores”, comenta Serge.
En cuanto a la decoración, en el interior, se apostó por el color blanco como elemento unificador de los espacios. “Queríamos una caja neutra donde todo funcionara: antiguo, vintage y contemporáneo”, asegura el interiorista; y con esta filosofía proyectó la estética de la vivienda: “Me gustan los espacios con personalidad, nada banales, y vestir la casa con elementos que me apetezca ver cada mañana cuando me levanto” y que funcionen para los invitados y para sus clientes, que acuden a su casa con el fin de disfrutar no solo de su compañía sino también de sus piezas. Y es que, aunque Serge tiene su propio estudio, su vivienda, a menudo, funciona como showroom o lugar de reunión para definir sus nuevos proyectos y atender a sus clientes. ¡Todo un lujo!
Cocina. Lámpara de techo de Georges Pelletier (Francia, 1970). Cerámica de Von Pelt. Sillas de bambú españolas (1970).
Muebles de cocina diseñados por Serge Castella.