Para SIEMPRE
Un hogar en el que reunir a la familia, disfrutar y ser felices. Este es el resultado del trabajo de la interiorista Virginia Nieto, que ha dado vida y funcionalidad a unos espacios elegantes y actuales
Una vivienda en Madrid, con unos exteriores para disfrutar en familia y espacio para recibir y vivir volcados al exterior. Con esta premisa la interiorista Virginia Nieto puso en marcha la transformación de una finca donde la elegancia y el buen gusto son la base de una distribución y decoración actuales y funcionales, donde las piezas establecen diálogos entre los ambientes y a uno le apetece quedarse para siempre. Sus propietarios la compraron el año pasado y la sometieron a un completo trabajo de rehabilitación –que duró cinco meses– para que se adaptara a sus necesidades. No en vano, aquí vive una familia con hijos y, a menudo, recibe la visita de los nietos. “Necesitaban un hogar para recibirlos a todos, con metros suficientes para poder disfrutarla juntos, pero con distintas estancias, con cierta intimidad”, comenta la interiorista. Esta era la cuarta casa que Virginia ‘arreglaba’ para ellos. “La ubicación fue su prioridad. Así que, cuando dieron ella, me llamaron para ver sus
“La combinación de modernidad, clasicismo y elegancia hacen de esta vivienda un hogar eterno, que perdurará en el tiempo; una casa para siempre”
Virginia Nieto, interiorista
posibilidades”, continúa la interiorista. Y las tenía, y fue muy fácil, habría que añadir. Al conocimiento personal de los propietarios y la confianza de estos en la autora de este proyecto, se sumó su experiencia y buen gusto a la hora de diseñar espacios y vestirlos de elegancia, sin perder practicidad. “La decoración está muy en consonancia con los propietarios, realmente es una casa de siempre y para siempre. Querían que fuera la definitiva, no tener que cambiar nada, que resistiera en el tiempo; y creo que la combinación de modernidad con una base más clásica y elegante le da ese equilibrio que deseaban”, asegura Virginia Nieto. No hicieron falta muchas palabras, en cada rincón propietarios e interiorista se emocionaron con el mismo cuadro o la misma tela. Para Virginia fue fácil diseñar el tipo de vivienda que los haría sentirse como en casa. Eligió flores y rayas para algunos muros destacados, alfombras que enmarcan los espacios, arte, detalles con personalidad, espejos que amplían y elementos prácticos.
Para los exteriores, se decantó por vegetación autóctona que aportara privacidad. Mucho verde para convertirlo en un vergel en verano y en un espacio relajante en invierno. Hoy es un hogar familiar, contemporáneo y lleno de vida. Una casa para quedarse
siempre.• para