La entrevista Luca De Padova
SU HISTÓRICO APELLIDO, QUE ÉL LLEVA CON ORGULLO Y RESPONSABILIDAD, ES SINÓNIMO DE EXQUISITEZ Y BUEN OJO. HABLAMOS CON LUCA DE PADOVA DE SU HERENCIA MATERNA, LA UNIÓN CON BOFFI, EL PRESENTE Y FUTURO DE LA COMPAÑÍA Y LA APERTURA DE CANALES DE DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Puede que Luca De Padova sea la viva imagen de su padre, Fernando, pero la herencia materna es igualmente innegable, y no me refiero a la presidencia de la companía familiar. Bastan cinco minutos de conversación para encontrar en sus palabras la pasión, la búsqueda constante o la capacidad de adaptación de Maddalena, cuya figura –como no podía ser de otra forma– planea a lo largo de la entrevista. Segunda generación al frente de la marca –aunque casi podría decirse que tercera, pues su madre, Maddalena, se hizo cargo de la compañía a la muerte de su padre–, ¿cuándo se involucró definitivamente en De Padova? Fue en 2006, cuando mi madre empezó a perder su
“ESPAÑA ES UN PAÍS HERMANO, MUY ABIERTO A LA CREATIVIDAD Y EL DISEÑO. ES UNO DE NUESTROS CUATRO MEJORES MERCADOS”
empuje, pero entonces llevaba ya años vinculado a la empresa, en particular al departamento de ventas. Hoy estoy más ilusionado que nunca con la idea contribuir al éxito de la marca, aportando mi punto de vista y experiencia al desarrollo de la colección y el desarrollo estratégico. ¿Cuál fue el mejor consejo que recibió de su madre? Diría que su ejemplo. Esa combinación de enorme curiosidad y desarrollado sentido estético que la guió a la hora de abrir el camino por el que la decoración de interiores iba a discurrir. Ella inventó un estilo, el de De Padova, un auténtico lifestyle, antes de que se acuñara el concepto. ¿Y su legado, cómo lo resumiría? Una férrea determinación de alcanzar la perfección, sin aceptar limitaciones ni imposiciones. Durante sus seis décadas de historia, De Padova ha atravesado muy distintas etapas, de la distribución de mueble escandinavo o el ‘partnership’ con Hermann Miller y Vitra a diseñar y producir su propia línea y ahora, con Boffi, a la internacionalización de la marca, siempre respetando valores como la calidad, la sofisticación, la atemporalidad… La clave de la supervivencia de la compañía está, precisamente, en su capacidad de adaptación. En la vida es imprescindible saber jugar las situaciones que vienen, las buenas y las malas. Del mismo modo que es esencial aprender de cada experiencia pasada para seguir adelante, siempre mejorando. Eso fue lo que mi madre hizo, y lo que aprendimos de ella. ¿Qué significa la palabra diseño? Hoy hay cierta tendencia a utilizarla para referirse a todo lo que tiene que ver con mobiliario e incluso decoración. Cualquier cosa. Y, en cambio, entre ese uso tan amplio y vago y el concepto de ‘diseño industrial’, la quintaesencia de lo que la palabra define, hay un mundo… Creo que deberíamos utilizarla de forma más específica, más rigurosamente. Maestros como Achille Castiglioni, Patricia Urquiola, Jasper Morrison o Piero Lissoni han sumado su talento a la personalidad de De Padova, ¿Cómo integrar cada visión particular? Sí, los que mencionas y otros muchos… Vico Magistretti y Renzo Piano son dos colaboradores muy cercanos, importantísimos en el desarrollo de la identidad de la marca. Y hoy es la hora de otros, como Nendo o Luca Nichetti. El
“DE PADOVA ACTUALIZA LA TRADICIÓN CON ELEGANCIA, DEJÁNDOSE CONTAMINAR POR
LA BRILLANTEZ Y FRESCURA QUE VIENEN”
secreto, en mi opinión, está en la coordinación, en plantear una relación fuerte y fluida, muy dialogada y con una mucha implicación por ambos lados. Y ya que hablamos de valores, ¿cuáles son los esenciales de la marca? Siempre han sido los mismos: actualizar la tradición con elegancia, dejándonos contaminar por la brillantez y la frescura de lo que viene. En ese sentido, ¿cómo ha sido el acoplamiento con Boffi ? Hablamos de dos compañías que encajan perfectamente la una en la otra en términos de target, gusto y filosofía. Por eso ha sido muy fácil. Nosotros necesitábamos un socio que nos diese cobertura en el establecimiento de una red internacional que aportara mayor visibilidad a la marca. Y en eso estamos. Por fin con presencia en Madrid y Barcelona, de momento en espacios multimarca… España es un país hermano, muy abierto a la creatividad y el diseño en las últimas décadas. Recuerdo que, allá por los años setenta, la compañía de mis padres, IFC, fue pionera en importar mobiliario contemporáneo norteamericano a España. Y, con el tiempo, vuestro país se ha convertido en uno de nuestros cuatro mejores mercados. Esperemos que con la apertura de esta nueva vía comercial la
crezca.• relación