Aitor Viteri Elena Lapeña
MÁXIMA COMPENETRACIÓN
Después de que un amigo en común los presentase para ejecutar un proyecto, Aitor Viteri y Elena Lapeña, ambos titulados en arquitectura de interiores, decidieron unir sus talentos creando su propio estudio conjunto. De eso hace ya veinte años: “Nos dimos cuenta de que las sinergias eran perfectas y que el trabajo salía redondo. Desde ahí hasta hoy no hemos parado de crecer y madurar juntos en esta fantástica aventura”, afirman. Apasionados de las artes plásticas, éstas siempre tienen cabida en sus proyectos, integrándolas de forma muy natural con la participación de artesanos y artistas en la mayoría de ocasiones. Los techos son, por su parte, otra de sus señas de identidad, valorando especialmente los espacios con altura, en los que dejan volar aún más sus creatividad. Toda una serie de características que se combinan con su devoción por los materiales y con una iluminación y unos acabados que tienen muy presentes. Pero siempre teniendo en cuenta al cliente: “Nuestros trabajos son personales, pensados y muy cuidados. Cada uno tiene que transmitir la esencia de la persona que nos lo ha encargado”. En cuanto a trabajar a cuatro manos, lo tienen claro, no hay “peros” que valgan. “Cada día la fusión es mayor tanto a nivel profesional como personal”, confiesan, añadiendo que “cuando en un proyecto la idea general está clara, cada uno expone su visión y desarrollo de la misma. Analizamos los pros y contras y a partir de ahí trabajamos manteniendo y respetando la esencia original”.