Una vivienda de reminiscencias clásicas y andaluzas que reversiona el estilo rural. Una casa de la interiorista malagueña Adriana López Barajas
La interiorista malagueña Adriana López Barajas dio forma al capricho sentimental de la dueña de una casa de pueblo en Campillos (Málaga) para, redefiniendo lo rural, clásico y andaluz, firmar su renacimiento
“EL OBJETIVO DEL PROYECTO ERA MANTENER LA ESENCIA IRREGULAR DE LA CONSTRUCCIÓN Y APOSTAR POR INTEGRAR ELEMENTOS MODERNOS Y SUTILES TOQUES ANDALUCES. NO QUERÍA
REHACER LA TÍPICA CASA DE CAMPO”
“La propietaria quería algo muy clásico, y yo revisar la tradición desde un punto de vista contemporáneo. Hubo cierto tira y afloja, pero al final se dejó llevar”
Adriana López Barajas, interiorista
Cuando la propietaria me llamó para organizar la primera visita, insistió en que la casa había pertenecido a su abuela y le tenía mucho cariño. Lo dijo varias veces. Fuimos, y la sorpresa fue tremenda: estaba prácticamente en ruinas; casi daba hasta miedo entrar”, recuerda la interiorista Adriana López Barajas. “Se trataba de una casa de pueblo, que no de campo, dentro del casco urbano de Campillos, en la comarca de Guadalteba (Málaga). Tenía muy poco interés arquitectónico, apenas la fachada, y hubo que tirarla entera y construirla como si fuese una vivienda de nueva planta, desde los cimientos”. Poco le importó a la propietaria, que quería verla renacer a toda costa. “Era un capricho, una cosa sentimental, pero se veía que era algo muy importante para ella, que solo impuso respetar dos cosas: el antiguo pozo y una pila de lavar. Para ello concebí el patio actual, en el que se plantó, además, un gran olivo, tan de esta tierra”. No se mantuvo nada más. Y, metidos en faena, también se amplió, ya que la original era muy pequeña. ¿El objetivo? “Mantener la esencia irregular de la construcción y apostar por integrar elementos modernos y sutiles toques
“EL PATIO ES UN RESUMEN PERFECTO DE LA NATURALEZA DEL PROYECTO: PASADO Y PRESENTE EN CONTRASTE. LAS VIGAS VISTAS, LA FORJA, EL ACRISTALADO; EL OLIVO,
EL POZO Y LA PILA, JUNTOS”
andaluces. Yo no quería rehacer la típica casa de pueblo, pero, a la vez, adaptarse al entorno rural era un reto”.
Otro cantar fueron el amueblamiento y la decoración, “donde sí hubo cierto tira y afloja”, como rememora Adriana. “Ella quería algo muy clásico, y yo revisar la tradición desde un punto de vista contemporáneo. A final se dejó llevar, pero costó”. El resultado es un mix en el que se integraron tanto una mesa de comedor de estilo provenzal, dos bonitas sillas de Guadarte o las mesillas de noche de herencia familiar de los dueños, así como piezas compradas en Becara, Detana, Hanbel e incluso Zara Home.
Al preguntarle a la decoradora malagueña qué es lo que más satisfecha la dejó del proyecto, no duda un segundo: “El patio, un resumen perfecto del mismo: pasado y presente en contraste. Las vigas vistas, la forja, el acristalado; el olivo, el pozo y la pila, juntos”.