“Este encargo era muy particular, al tratarse de una pareja extranjera que construía un ‘pied-à-terre’ y le hacía ilusión empezar a coleccionar arte y muebles singulares”
Raúl Martins, arquitecto de interiores
Buscaban una casa especial en Madrid, que fuera estructuralmente abierta y en la que los espacios interactuaran entre ellos aunque estuvieran separados; y no estaban dispuestos a hacer obras. Deseaban un hogar a estrenar, de arquitectura moderna y en una zona tranquila, y acudieron a la inmobiliaria Knight Frank para que les ayudaran en su búsqueda. Inmediatamente dieron con esta preciosidad, que encajó totalmente en sus expectativas. Su ubicación (en la madrileña Puerta de Hierro), en la parcela donde estaba la casa de D. Juan de Borbón, el jardín y la piscina fueron definitivos. También lo fueron la calidad de los acabados, que era excepcional, y el hecho de que dispusiera de generosas dimensiones y una fantástica luz natural. Y es que la vivienda ya contaba con grandes ven
Vista desde el hall. Un espejo de latón de los años sesenta refleja la luz y amplía visualmente el espacio. Es un diseño adquirido en Concha Ortega. Floreros procedentes de Anmoder.
LA CONTEMPORANEIDAD DE LA OBRA, LOS GRANDES ESPACIOS Y LA CALIDAD EXCEPCIONAL DE LOS MATERIALES, ASÍ COMO SU LOCALIZACIÓN, FUERON DECISIVOS A LA HORA DE ADQUIRIR ESTA VIVIENDA
LA VIVIENDA CUENTA CON GRANDES VENTANALES AL JARDÍN, UNA ARQUITECTURA ACTUAL, DONDE DESTACAN LOS IMPORTANTES PANELADOS DE MADERA DE ROBLE, UNA ESCALERA VOLADA DE HORMIGÓN Y
EL SUELO DE PIEDRA EN TODA LA CASA
tanales al jardín, una arquitectura contemporánea, donde destacaban los grandes panelados de madera de roble, la escalera volada de hormigón y el suelo de piedra. Todo ello contribuyó a que el interiorista artífice de este proyecto, Raúl Martins, sintiera que empezar la casa desde cero fuera un fantástico reto en el que explorar en materia de acabados y texturas.
La ventaja que esto presuponía es que podrían decorarla a medida, ajustada a sus gustos y necesidades, algo que Raúl supo llevar a su máxima expresión. “La idea siempre fue lograr un proyecto compacto donde todo estuviera conectado. Si la moderna arquitectura es una de las cosas que los enamoró, la coherencia de la decoración, rica y actual, acabó de decidirles”, asegura el interiorista.
En este punto Raúl Martins apostó por la sobriedad y la elegancia en un justo equilibrio con los materiales, combinando la frialdad del suelo gris o las paredes blancas con textiles coloristas, piezas contemporáneas que disfrutan de tonos dorados y ligeros toques de color en los complementos. El resultado es un hogar funcional, y con mucho encanto, un espacio donde el arte cobra protagonismo en los muros y en el que los pequeños detalles cuentan historias de viajes y recuerdos, un pasado que comparte espacio con las nuevas experiencias y vidas que se desarrollan y disfrutan aquí.