ARMONÍA CROMÁTICA
Almudena y Cristina Rebuelta Domecq hicieron suyo aquello de conocer a sus clientes para entenderlos y sacar su mejor versión en un proyecto de interiorismo. Y lograron una casa serena, con toques artísticos; un hogar que representa fielmente a su propiet
La esencia mediterránea de un piso de Madrid. Un trabajo de Almudena y Cristina Rebuelta
Aunque su propietaria la compró para hacer de ella su estudio y estar céntrica (en Madrid) para recibir a sus clientes, acabó siendo algo más que eso. “Le encantó su ubicación y la orientación”, comentan Almudena y Cristina Rebuelta Domecq, las artífices del proyecto de transformación de este precioso espacio. Con el paso del tiempo, su propietaria (fotógrafa de profesión) decidió instalarse allí y convertir el estudio en su vivienda. “La casa es perfecta, ya que tiene una escala ideal para un hogar unipersonal o una pareja joven; además, tiene varios ventanales con vistas a unos parques que hacen de ella un lugar muy apetecible para vivir”, aseguran las interioristas.
La reforma duró cuatro meses, aunque fue fácil en más de un sentido, ya que la propietaria conocía perfectamente la iluminación de la casa en cada momento del día, lo que ayudó enormemente en la distribución para que se ajustase a sus necesidades. “El reto más motivador fue trasladar la esencia mediterránea a un ambiente y una casa de ciudad. La propietaria está muy arraigada a la estética propia de la Costa Brava y quería reflejarlo en su casa, pero sin perder la idea de que
se trata de un hogar en Madrid”, cuenta Almudena Rebuelta Domecq; y concluye: “Por lo que decidimos traducir esa estética a través de la elección de materiales: estucos, maderas rústicas, piedras como calizas, textiles orgánicos… Pero de una manera contenida”.
No hay que olvidar que, en líneas generales, la casa tenía mucho potencial. La complicación en este caso fue más la estructura, se trataba de un edificio de hormigón, y eso hace que los pilares y vigas sean de tamaño considerable, algo que condicionó, y mucho, el diseño de techos. Sin embargo, la decoración fue muy fluida y natural, ya que la propietaria se involucró desde el primer momento de manera muy activa y fue capaz de transmitir su idea de casa ideal. “Luego nos tocó a nosotros materializarlo y guiarla para llegar ahí. Se trata de una persona que tiene mucha sensibilidad estética y eso es un gusto para nosotros como interioristas”, aseguran las hermanas Rebuelta Domecq.
“Para nosotras, el interiorismo es una manera de ver la vida. Nos gusta encontrar la belleza en todas partes. Y nos gustaría que nuestro estilo profesional lo reflejase” Almudena y Cristina Rebuelta Domecq, interioristas