Moderna PUREZA
Esta es una cocina de ensueño, de amplias dimensiones, en la que no queda ni un centímetro sin aprovechar. Es un proyecto de Cocinas Río, cómodo, práctico y estético, un espacio donde disfrutar, ya sea cocinando como compartiendo grandes momentos
El blanco impoluto de esta cocina llama la atención nada más entrar en ella. Y es que desprende frescura, sensación de limpieza, y mucha ligereza visual. Es lo que buscaba David García, de Cocinas Río: causar una verdadera impresión con tan solo verla. Aprovechó sus generosos 40 m2 para disponer de todo lo necesario en una cocina completa y bien equipada, alrededor de una importante isla central y una distribución en paralelo por ambos lados.
TODO A MANO
Con muebles del modelo Kali, de Arredo 3, la linealidad de los trazados gana protagonismo gracias a las puertas laminadas en blanco brillo, de 22 centímetros de grosor y sin tiradores. Se eligió un Gola integrado en ellas, prescindiendo, en general, de modelos laterales; los bajos son gaveteros y cajones interiores, mientras que en la parte alta las puertas son abatibles. Destaca también la altura de los muebles, con columnas a medida que alcanzan los 250 centímetros para aprovechar todo el espacio hasta el techo. Así, la capacidad de almacenaje de esta cocina es total, eligiendo interiores de grafito también en los cajones, que incluyen un sistema de cierre Blum Legrabox, de líneas claras y delgadas y un sistema de cierre y apertura de lo más cómodo. En cuanto a los electrodomésticos, de la firma Neff, algunos se dejaron vistos, pero se integraron frigorífico y congelador, de cuerpos independientes, para eliminar al máximo todo el inoxidable.
A esta estética cromática de la estancia contribuye, por su parte, la encimera del modelo Zeus de Silestone,
que acaba de lograr la exquisitez de un blanco perfecto en todos los detalles. Además, dicha superficie se convierte en mostrador, sin marcas de corte, para disponer de un espacio ideal en el que disfrutar de desayunos, comidas exprés o cenas improvisadas con familiares y amigos. En la misma isla, un fregadero de 40 centímetros sirve de apoyo a la espectacular zona de cocción, mientras que otro más grande, de 70 centímetros de ancho, se sitúa al frente, bajo la ventana, para limpiar con facilidad grandes bandejas o vajilla más voluminosa.
Con todo, la comodidad es la reina de esta cocina, en la que no se requiere de grandes desplazamientos y todo está pensado para ganar en accesibilidad y libertad de movimiento. Por ello se optó, igualmente, por una campana integrada en el techo y una zona de comedor equipada con mesa y sillas al otro extremo de la barra, delante de un gran ventanal. Unas importantes cristaleras que inundan la estancia de luz, aumentando la belleza de la cocina, convertida en el perfecto punto de encuentro diario y de todas las celebraciones en este hogar.