TODOS LOS PALOS

Igual firma una campaña gráfica que presenta una instalación o imparte talleres de creatividad, lo que le valió el último Premio Nacional en la categoría de Jóvenes Diseñadores

1. MIRANDO ATRÁS. Me matriculé en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid con la idea de especializarme en Diseño Gráfico; en Tercero hice un Erasmus en la École Supérieure des Arts Saint-Luc de Lieja (Bélgica), donde tuve mi primera experiencia real con la disciplina, y tanto me gustó la vivencia que, a la vuelta, empecé el grado de Diseño. Tras licenciarme en Bellas Artes, empecé poco a poco a trabajar y no llegué a terminar esa segunda carrera.

2. A DOS BANDAS. Al pasar del mundo del arte, donde comencé, al diseño, trabajé en distintas agencias de publicidad –como Ogilvy– y en una consultora estratégica, Designit, en Madrid y Nueva York. Me gusta trabajar con rumbo, pensando en el usuario, pero también que lo artístico contamine todos mis proyectos; intento acercar las dos disciplinas.

3. DE PREMIO. Recibí el Premio Nacional de Diseño 2019 como un orgullo y una súper alegría. Gracias a él se me están abriendo muchas vías. Me gusta pensar que contribuye a darle visibilidad a ramas de la profesión menos (re)conocidas, como las que se ocupan de los procesos o la creatividad.

4. LO PRÓXIMO. Ahora ando con varios proyectos relacionados con el diseño digital, de interacción, pero son confidenciales; y estoy colaborando con Paseo Estudio en otro internacional que tiene que ver con el desarrollo de las ciudades del futuro.•

Artes gráficas. Su trabajo se inscribe en el vértice entre arte y diseño gráfico.

Crazy lines. Una colección de ocho cuadernos que subvierten lo pautado.

Indisciplinada. Ilustración, tipografía, cerámica, arte conceptual, ‘design thinking’, formación académica… Silvia no entiende de fronteras ni disciplinas.