Próxima ESTACIÓN
Nuevos textiles, inversiones en mobiliario y el mágico toque de las flores. No siempre es necesaria una reforma para dar un nuevo aspecto a tu hogar. Estas son las claves de la interiorista Magali Bastidas para estrenar temporada sin grandes agobios
Pese a los tiempos convulsos en los que vive sumido el mundo, la vida sigue su curso. Tras los meses fríos de invierno, aquellos en los que la chimenea, la manta de lana y una taza de té se consolidaban como el triángulo perfecto, llega la primavera: una estación que invita al optimismo, a disfrutar de la naturaleza y de la luz en unos días que, de nuevo, reclaman sus horas robadas. Por algo esta es la temporada del año más esperada.
Por supuesto, los hogares se preparan para la ocasión. Adiós a los textiles de lana y a los colores oscuros de las estaciones pasadas. Es el momento de los tonos claros: solo ellos transmiten la frescura que se exige en esta época del año. Al igual que se hace una transición en los armarios, con el cambio de temporada, se debería hacer en el hogar.
Las casas son para vivirlas y disfrutarlas. Un buen proyecto de interiorismo debe resolver el espacio haciéndolo más funcional. Para ello, es recomendable mantener una buena base en tonos neutros y una iluminación bien trabajada que aporte calidez al espacio. Pero, después, hay que hacerla propia, añadir el carácter personal de quienes la habitan, con objetos, recuerdos y detalles que encierren significados y vivencias. Que den ese toque personal e intransferible.
Desde aquella lámpara vintage que compraste en el Marché aux Puces de París y que te ha acompañado siempre, hasta la pequeña escultura que te enamoró al instante y no dudaste en adquirir, sin olvidar esa alfombra que cargaste por toda la terminal 1 de Barcelona después de un fantástico viaje a Marrakech. De eso se trata: de, a través de esos elementos que nos aportan recuerdos, amar, cuidar y vivir la casa. Y, claro, llenarla de vida.
CÓMO DOTAR DE (NUEVA) PERSONALIDAD A TU HOGAR Son momentos de prudencia, pero no por ello se va a renunciar a los placeres de la vida y, lo más importante, el bienestar. Hacer pequeños cambios en casa no tiene que suponer una reforma ni un gran coste para el bolsillo. Un espacio puede resultar muy distinto con ligeras modificaciones. Existen algunas claves que, desde su sencillez, marcan la diferencia. Se trata de gestos puntuales que aportan un ambiente renovado al hogar.
Para ello, el mundo del textil es un gran aliado: puede transformar un ambiente por completo y ofrecer una imagen actualizada a bajo coste. En estaciones frías, el dormitorio puede combinar tonalidades oscuras, textiles gruesos y mantas de pelo largo; mientras que en las estaciones cálidas cobran protagonismo los tonos claros e, incluso, algún toque de color o estampados puntuales que aporten energía.
Lo mismo sucede en el salón. Una buena idea es apostar por un sofá en tonos neutros –toda la gama de blancos,