FRAN ANIORTE
Charlamos con él sobre creatividad mediterránea
Fran Aniorte cree firmemente que “el verdadero lujo son las experiencias que vivimos: el contacto humano, la conexión con la naturaleza, el redescubrimiento del silencio… todo lo que no se puede comprar con dinero”; una visión humanista del diseño que apuesta por revisar la tradición, reivindicar los materiales naturales, recuperar el orgullo del trabajo bien hecho y la calidad de las relaciones entre personas y objetos. Por “dignificar la belleza de lo esencial”. Hablamos con él de su visión creativa y las experiencias que le han llevado a ella.
Eres, ya desde tu época de estudiante, un verdadero ‘globetrotter’ que ha recorrido el mundo formándose y trabajando en muy distintos lugares y ámbitos… Comencé estudiando en mi pueblo, Orihuela (Alicante), en la Escuela de Artes y Oficios. Me especialicé en Diseño de Interiores, pero ya entonces lo que realmente me tiraba era el arte. Con 20 años me marché a Londres, donde trabajé como interiorista para el director creativo de David Hicks International, dirigí un showroom textil y continué con mi formación haciendo cursos en el Saint Martins College of Art and Design.
Tras esta experiencia, me trasladé a Barcelona para cursar un grado universitario en diseño industrial en la Escola Massana, que complementaría con otro en diseño de producto en la Universität der Künste de Berlín mientras trabajaba en un estudio de arquitectura. Finalicé mis estudios ‘formales’ a los 27 años, y desde entonces he trabajo como diseñador de espacios, producto y branding tanto para clientes particulares como marcas en Londres, Barcelona, París y Estambul. Donde eres el director creativo de la famosa firma turca de artículos para el hogar Karaca. ¿Qué nos cuentas de tu trabajo? Desde hace siete años soy director creativo de la marca, sí; y vivo al 50% entre Barcelona y Estambul. Es un trabajo muy interesante que me permite adaptar mi visión creativa a todos los ámbitos del lifestyle. Soy el encargado de crear el estilo y tono de cada temporada, desarrollando su storytelling, las paletas de color, estampados y demás elementos visuales que utilizaremos en todas nuestras líneas de producto –porcelana, textil de hogar, menaje, accesorios decorativos...–. Y también colaboro con los departamentos de márketing y retail para poder crear una experiencia 360 que inspire a nuestros clientes. El año pasado comenzamos con la expansión internacional, y ya tenemos 15 tiendas entre Europa y Oriente Medio.
Con Barcelona y Estambul como polos vitales y creativos, el Mediterráneo es esencial en tu visión, ¿no? Conecta esas dos ciudades, y es una de mis fuentes de inspiración más importantes. Está en mi identidad personal, mis raíces y mis valores; mi visión del mundo va muy ligada a la cultura mediterránea y sus ideales. Hace un año comencé el proyecto personal “Mi Mediterráneo”, en el que exploro sus diferentes culturas a través de objetos cotidianos de la casa mediterránea y gráficos inspirados por ellas. Estilizo y modernizo los animales o geometrías que tanto me gustan, usados en la artesanía popular durante siglos. Mi trabajo es, en el fondo, como el Mediterráneo: un mezcla de ideas, culturas y estilos de vida que convergen en un lenguaje rico, sincero, humano y atemporal.