ILUMINACIÓN
SALÓN: Al tratarse de una estancia con más de una función, más que ninguna otra, precisa diversos puntos de luz. Más allá de una planificada iluminación general, coloca varias lámparas de apoyo cálidas (por ejemplo, al lado del sofá para crear un rincón de lectura) y agrega una iluminación indirecta suave (como tiras led ocultas en candilejas o molduras) que disuada las sombras.
DORMITORIO: Aquí las luces cálidas son las protagonistas. Planifica una luz general con una gran luminaria en el centro del techo y puntual en las mesitas de noche. Si no te gustan los modelos de sobremesa, decántate por apliques o lámparas colgantes sobre las mesillas; son ahora mismo tendencia.
COCINA: En el área de trabajo debe primar una luz fría, debido a que se manejan objetos peligrosos como cuchillos o tijeras: en ese sentido, los focos empotrados aportan una iluminación general uniforme y constante. Mientras que en la zona donde se manipulan los alimentos es importante que haya una luz puntual (aparte de focos orientables de pared, hay modelos específicos para módulos altos), en la parte inferior de los armarios o los estantes de un mueble abierto puede optarse por tiras de led ambientales. En la mesa del office o la isla, al igual que en el comedor, las lámparas de techo de luz cálida no fallan.
BAÑO: Ubicando varios puntos de luz en el techo iluminarás el espacio de forma general. Pero en esta estancia, en particular, también son útiles los focos y los apliques en la zona del tocador: ambos ofrecen luz puntual. Independientemente de su diseño, antes de comprarlos fíjate que tengan un grado de protección IP44. Es decir, que sean resistentes al agua y la humedad.