UN CAMINO COMPARTIDO
Rubén Santiuste, director general de Uecko, y el ingeniero Aitor García de Vicuña, director creativo de la firma madrileña, comparten el feliz encuentro que les llevó a colaborar, el proceso de transformación de la empresa que han iniciado y su última colección, Nara
No hace falta más que fijarse en cómo fluye la conversación entre ellos para darse cuenta de la complicidad que hay entre Rubén Santiuste, director General de Uecko, y el ingeniero y diseñador industrial Aitor García de Vicuña, flamante director Creativo de la firma madrileña. Por eso el encuentro con ellos, más que una entrevista, es un diálogo a dos voces al que uno está invitado. “Un conocido del sector de ambos nos puso en contacto –recuerda Rubén, rememorando el primer encuentro–, y nada más conocernos estábamos ya haciendo planes juntos”. Aitor se sincera: “Yo no conocía la marca, pero cogí el coche y me vine a Madrid a conocer a Rubén. Le vi tantas ganas de hacer cosas diferentes y tanta energía que inmediatamente supe que trabajaríamos juntos. Me encantó el espíritu de la empresa, familiar, con valores y tradición, valiente y siempre dispuesta a nuevos desafíos”.
Dicho y hecho: “Era la primera vez que mi estudio, un equipo con pocos clientes pero de colaboraciones muy largas, trabajaba con un departamento de diseño como el de Uecko. Se trataba de desarrollar una pequeña colección de producto de gama alta a la medida de la empresa, pero la cosa empezó a crecer y a crecer, y no sólo creamos aquella primera colección sino que empezamos a llevarla a ferias –Casa Decor, Hábitat, Marbella Design Art, etc.–, y en ese proceso me di cuenta de que, antes de seguir adelante, había que poner orden a toda la empresa. Y lo hablé con Rubén, que en ningún momento me propuso convertirme en su director creativo. Me lo impuso”. “Y aquí estamos”, remata Rubén con una sonrisa.
Cuando Uecko comenzó su andadura, en 1993, su fundador, Vicente Santiuste, decidió rodearse de los mejores profesionales del sector avalados por largas trayectorias. “Juntos crearon nuestra cultura empresarial y desarrollaron un estilo propio basado en diseños de gran calidad y funcionalidad. Un proyecto que perdura y que es la esencia de lo que somos en la actualidad”, nos cuenta Rubén, hijo de Vicente, el fundador. Y eso mismo es lo que ha buscado en Aitor: “Él encaja a la perfección en la evolución, tanto del diseño como de la propia compañía, en la que estamos inmersos. Nos aporta un nuevo punto de vista y una gran experiencia”. Aitor, incómodo ante el halago, le quita hierro: “Yo soy un compañero de camino de ellos, nada más”.
Pasamos a hablar de su última colección, Nara, presentada hace unas pocas semanas en la Feria Internacional del Mueble de Valencia, y su creador nos la perfi
“SOBRE UNA BASE ESTÁNDAR, UECKO CUSTOMIZA CUALQUIER
PIEZA SEGÚN
LAS NECESIDADES
DEL CLIENTE O EL PROFESIONAL QUE ACUDE A NOSOTROS”
la en unas pocas pinceladas: “Se trata de muebles de líneas sencillas y elegantes, muy japonesas, que no llaman la atención; hechos con materiales puros: muy buena madera, cristales entelados, piel, piedras naturales…nobles, fácilmente comprensibles y atemporales”. Y no se queda ahí: “Es muy fácil hacer muebles que choquen con la arquitectura, sobre todo si se trata de piezas grandes, expresivas y de implantación. Nosotros, en cambio, buscamos ofrecerle al arquitecto una herramienta muy potente para desarrollar su creatividad. Y por eso nos apoyamos en los profesionales y sus necesidades y no sobre ideas propias más abstractas a la hora de crear nuestros productos. Una cosa es lo que puedes ver en las ferias –huecos del mercado, tendencias, etc.–, pero tan importante o más, al menos para nosotros, es lo que los profesionales te señalan, necesidades concretas que te guían creativamente”.
Con Nara, Uecko busca completar una transformación, y también conseguir la fusión ideal entre la tecnología de última generación, materiales exquisitos, su primorosa artesanía, la búsqueda de la belleza –y la emoción– que subyace en todo buen diseño y la flexibilidad necesaria para ofrecer a sus clientes una verdadera personalización. “En el fondo hay dos tipos de fabricantes de mobiliario: los que venden lo que tienen y punto, y los que hacemos productos a medida para nuestros clientes, como un sastre. Sobre una base estándar, Uecko customiza cualquier pieza según las necesidades del cliente o el profesional que acude a nosotros. Y además lo hacemos en cuatro semanas, un tiempo que pocos de nuestros competidores pueden garantizar”.
Llega el final, y les pedimos a nuestros protagonistas que evalúen esta aventura común. “La satisfacción de lo bien que está funcionando Nara y lo que le gusta al público es enorme, pero aún más importante es haber llegado a ser conscientes de apostar fuerte por el diseño es esencial”, señala Rubén. Y Aitor le da la razón: “Recorrer un camino como este juntos es un gran desafío, y ver que las cosas funcionan es tan emocionante como motivador”.❚❚ www.uecko.com