1. FLECHAZO LABORAL.
Los dos somos arquitectos por la Universitat Politècnica de València, pero yo (David) tengo, además, formación académica en dibujo, color y restauración de patrimonio, y estudié también Diseño de Interiores en la EASD, y María, que cursó el último año de la carrera en Dinamarca, hizo también Diseño de Mobiliario. Nos conocimos trabajando en un estudio grande, y lo nuestro fue un flechazo laboral inmediato: no nos hacía falta casi ni hablar para entendernos perfectamente.
Ganamos un concurso, y ésa fue la excusa perfecta para emprender por nuestra cuenta. Abrimos el estudio en marzo de 2020, y de repente llegó el confinamiento.
¡Vaya momento! Viéndolo con la perspectiva del tiempo, el parón nos permitió frenar y pensar –los dos llevábamos trabajando para otros sin parar desde que acabamos de formarnos–, y aprovechamos ese tiempo para crear una marca sólida. Viruta Lab nació para permitirnos ser más personales y originales, más innovadores y también más libres en nuestro trabajo.
Huimos de la arquitectura blanca moderna, y tenemos un gran respeto por el legado, que siempre intentamos recuperar y poner en valor, pero sin esclavitudes: buscamos darle la vuelta a lo clásica con voluntad de contemporaneidad. Y, tanto en arquitectura como en interiorismo, bebemos del pasado, de los grandes maestros, pero con una visión
actual.• absolutamente
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Detalle del comedor de una vivienda en el barrio valenciano.
Pero siempre contemporáneos, como la butaca Martingala,
de Marco Zanuso.