Un estudio vincula pobreza energética con tener peor salud
Los ciudadanos que sufren pobreza energética presentarían peor salud que aquellos que pueden garantizarse los suministros domésticos de energía, según ha determinado un estudio. La probabilidad de experimentar bronquitis crónica, depresión y ansiedad, se ha observado bastante mayor.
En concreto, la probabilidad de tener bronquitis crónica es 4,94 veces superior en el caso de las mujeres, y 5,43 veces mayor entre los hombres que sufren pobreza energética que entre aquellos ciudadanos que no se enfrentan a este problema. El texto también señala que, en el caso de la depresión y la ansiedad, la probabilidad entre la población con pobreza energética es 3,23 veces superior entre las mujeres y 4 veces superior en el caso de los hombres.
Así lo revela el informe elaborado por investigadores del Ciberesp, el Institut d’investigació Biomèdica Sant Pau, la Asociación Bienestar y Desarrollo, la Agència de Salut Pública de Barcelona y otras instituciones.
La investigación, que ha sido publicada en la revista «Gaceta Sanitaria», es la primera que analiza la asociación entre la intensidad de la pobreza energética y la salud en el Sur de Europa.
Salud física y mental
Para realizarla se compararon los datos de 1.799 mujeres y 671 hombres que forman parte de un programa del Ayuntamiento de Barcelona contra la pobreza energética (llamado «Energía, la justa») con los de 1.393 mujeres y 1.215 hombres sin problemas energéticos de la Encuesta de Salud Pública de Barcelona en el año 2016.
El estudio analizó diversos parámetros de salud física y mental, como percepción personal de mala salud, asma, bronquitis crónica, depresión y ansiedad. En todos ellos, los participantes en el programa contra la pobreza energética han reportado padecer un peor estado de salud.