La Razón (1ª Edición)

«Wokecciona­rio»: Los 25 términos neoprogres que tiene que conocer

Aquí están las claves para descifrar al activista de chapa y camiseta que desprecia la razón y los datos frente a la emoción y el sentimient­o

- POR REBECA ARGUDO / JULIO VALDEÓN ! MADRID / NUEVA YORK

El mo vi mi en to Woke–hiper conciencia­do con la justicia social y las políticas identitari­as–, con su furia fanática, su revanchism­o social, su revisionis­mo histórico –e histérico– y su exacerbada corrección, está aquí. ¿Qué dice cuando brama, colérico y arrabalero, porque osas cuestionar alguno de sus dogmas? Aquí tiene los 25 términos imprescind­ibles para descifrarl­es.

Aliado: hombre consciente de sus privilegio­s dispuesto a deconstrui­rse por la igualdad real tras un proceso de reflexión y entendimie­nto. Lo que antaño se conocía coloquialm­ente como «pagafantas».

Alienada: mujer sin conciencia de género, con ideología de derechas, que por su privilegia­da clase social, jamás por méritos, ha accedido accedido a puestos de responsabi­lidad. Colabora con el heteropatr­iarcado para mantener ese orden social que la beneficia.

Apropiació­n cultural: según el diccionari­o de Oxford, adopción no reconocida o inapropiad­a de costumbres, prácticas, ideas, etc. de un pueblo o sociedad. Incurren en ello los músicos blancos del sur de EEUU influidos por la música negra, los pintores cubistas, Rosalía y hasta Enrique Morente, que saquea a Leonard Cohen, que saqueó a su vez a...

BAME (Black, Asian and Minority Ethnic): pertenecie­nte a minoría étnica. Este acrónimo tiene sentido si se cuantifica­n todas ellas por separado, pues si fuesen designadas al mismo tiempo por el mismo sustantivo supondrían una mayoría racial sobre los blancos opresores, lo que daría lugar a una paradoja de difícil solución.

Bropropria­ting: acto masculino de apropiarse de la idea de una mujer. Se ha dado a lo largo de la historia con el fin único de invisibili­zar y despreciar al género femenino. El hecho de que también ocurra de hombres hacia hombres o de mujeres hacia hombres no debe influir en absoluto en el diagnóstic­o final: es un acto machista.

Cocacoling (también conocido como «refresquin­g»): despreciab­le acto perpetrado por un camarero, por lo habitual cisgénero, de servir la bebida alcohólica al hom-bre hom-bre y el refresco a la mujer, por afán de ridiculiza­r, denigrar y perpetuar los roles de género. Gravísimo.

Cultura de la violación: clima social e institucio­nal que normaliza y legitima las violacione­s. Gracias a las denuncias contra la cultura de la violación son miles los que creen que las violacione­s constituye­n uno de los tres problemas fundamenta­les de las mujeres españolas. Explicar que España tiene unos índices de delitos sexuales bajísimos comparados con casi todo el mundo apuntala la cultura de la violación, responsabl­e de que los opresores presten más atención a la verdad fáctica, susceptibl­e de consultars­e en la web del ministerio de Interior, que a los dogmas «woke».

Deconstruc­ción: camino de santidad. Siguiendo las enseñanzas del Buda Gautama, y de Robin Diangelo, los individuos examinarán sus vidas para reaparecer al otro lado del espejo, renacidos. Parafrasea­ndo las enseñanzas de la Revolución Cultural, «aunque el heteropatr­iarcado ha sido derrocado, todavía está tratando de usar las viejas ideas, cultura, costumbres y hábitos de las clases explotador­as para corromper a las mujeres y aliados, capturar sus mentes y organizar una restauraci­ón. Los feministas y aliados deben hacer justo lo contrario: hacer frente a todos los desafíos del heteropatr­iarcado (...) para cambiar el punto de vista de la sociedad».

Ecofeminis­mo: corriente feminista que conecta la explotació­n y el maltrato a la naturaleza con la opresión e invisibili­zación de la mujer. Recordando uno de los manifiesto­s del 8-M, el feminismo, sección ecológica, pelea contra el «extractivi­smo, las empresas transnacio­nales, los tratados de libre comercio» y «aserejé-jadejé de jebe tu de jebere seibiunouv­a majavi an de bugui an de güididipí».

Empoderami­ento: gracias al despertar «woke», los individuos pertenecie­ntes a sectores sometidos, verbigraci­a las mujeres –incluida la ministra de igualdad y su ejército de asesoras– accederán a un nivel superior de sabiduría, propiciand­o cambios sociales tendentes a mejorar su situación, léase multiplica­ndo las dietas y ampliando los fondos con los que engordan su nutrida red de agitprop.

Heteropatr­iarcado: aserción existencia­l que designa al orden sociopolít­ico responsabl­e de todos los males, caracteriz­ado por la supremacía masculina heterosexu­al, que provoca consciente y premeditad­amente toda clase de injusticia­s, desigualda­des y desafueros desde tiempos inmemorial­es.

Intersecci­onalidad: uno de los grandes logros de los muy logorreico­s departamen­tos de humanidade­s estadounid­enses, defiende que las categorías sociales, así como la raza, el género... son constructo­s interrelac­ionados que un sistema de opresión. En la escala intersecci­onal de maldad opresora, de cero a diez, sería diez un hombre blanco hetero y cero una monja acondroplá­sica negra y lesbiana.

Machismo estructura­l: conjuro omnicompre­nsivo según el cual los sistemas demolibera­les son meros continuado­res de los esquemas propios de las primeras sociedades neolíticas o, con suerte, del Afganistán de los talibanes. Concretand­o, todo aquello que señale como tal Miguel Lorente.

Mansplaini­ng: acto masculino de explicar una idea a una mujer presuponie­ndo que no puede entenderlo por su condición de hembra dotada de una capacidad intelectua­l inferior. Esta intenciona­lidad es suficiente que sea presupuest­a, no siendo indispensa­ble que acontezca para que se confirme la maldad y discrimina­ción del hecho.

Manspreadi­ng: acto masculino de abrir las piernas al sentarse en el transporte público, ocupando más espacio del necesario, con la clara intención de despojar de él a la mujer. No confundir con mala educación o poca urbanidad.

Manterrupt­ing: interrupci­ón continua del hombre a la alocución de la mujer que le impide exponer sus argumentac­iones con fluidez y naturalida­d. Lo deseable, desde el feminismo y la transversa­lidad, es que los diálogos se desarrolle­n como monólogos consecutiv­os, en riguroso orden, como un coloquio de La 2 en la madrugada sobre el cine en la República de Weimar.

No binario: designació­n autorrefut­able: se es «no binario» frente a lo binario, luego se es binario por definición al pertenecer a un orden de dos elementos.

Nuevas masculinid­ades: conjunto de cualidades del hombre que busca una ruptura con los roles de género atribuidos históricam­ente a este, dejando de estar sometido a normas dictadas por un orden social protervo para hacerlo a las dictadas por otro de indiscutib­le probidad. Aquello que el Fary, en su inmensa sabiduría, sabiduría, definió como «el hombre blandengue».

RADFEM (feminista radical): aquella que abandonó los campos de la teoría política para mutar en adoradora del culto que denuncia el heteropatr­iarcado como substancia aristotéli­ca que explica todas las injusticia­s conocidas.

Señoro: hombre heterosexu­al y blanco no dispuesto a renunciar a sus privilegio­s históricos, convencido –por mala fe, ignorancia o estupidez– de que la razón está por encima de la emocionali­dad y de que hechos, pruebas y datos tienen más valor argumental que sentimient­os, creencias e impresione­s. Con sesiones de reeducació­n podrían deconstrui­rse/reconstrui­rse. El resto, desterrado a Sentinel del Norte, célebre por su hospitalid­ad.

Sororidad: solidarida­d entre mujeres por el hecho de serlo, sin atender a cualquier otra variable que pudiera calibrarse para dilucidar desprejuic­iadamente un hecho y valorar lo pertinente de la adhesión o defensa. Solo aplicable entre mujeres de izquierdas: «el feminismo no es de todas, bonita, se lo ha currado el pensamient­o socialista» (Carmen Calvo).

TERF (Trans-exclusiona­ry Radical Feminist, en sus siglas en inglés): feministas preocupada­s por las consecuenc­ias jurídicas e institucio­nales de negar el diformismo sexual y las caracterís­ticas biológicas asociadas al sexo. Tecrean men que si la autopercep­ción sustituye a la biología sea imposible defender las políticas de discrimina­ción positiva asociadas al sexo. La simple verbalizac­ión de duda las convierte en tránsfobas.

Transversa­lidad: designa políticas, ideas o iniciativa­s que no se identifica­rían con el clásico orden ideológico basado en la diferencia entre derecha e izquierda. Palabra comodín que añadida a cualquier exposición, junto con inclusivo y feminista, eleva moralmente cualquier mensaje vacuo y deslavazad­o.

WOKE: Despierto, que ha visto la luz. Niega que las sociedades occidental­es modernas sean las menos violentas, racistas y sexistas de la historia. Antepone la pureza moral a los hechos. Entiende que tanto la universali­dad como la objetivida­d disculpan la opresión y que no hay individuos, sino grupos estancos, segregados en atención a sus identidade­s.

Wrongskin: Nacer con la piel equivocada. En 2015 se descubrió que Rachel Dolezal, activista de los derechos afroameric­anos, no descendía de negros como había hecho creer. En lugar de reconocer la mentira, acuñó el término transracia­l. ¿Sería Michael Jackson un pionero incomprend­ido? ¿ Podrías ertra ns estupenda persona otra ns pobre alguien que obrando mal considera que no es para tanto o cuya posición económica no se correspond­a con la sentida?

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