La Razón (1ª Edición)

«La ciencia es lo único que nos puede sacar de esta crisis global»

MARÍA BLASCO DIRECTORA DEL CENTRO NACIONAL DE INVESTIGAC­IONES ONCOLÓGICA­S (CNIO)

- LA ESPAÑA DE... MARÍA BLASCO DIRECTORA DEL CENTRO NACIONAL DE INVESTIGAC­IONES ONCOLÓGICA­S (CNIO)

El efecto negativo de la deforestac­ión serán nuevos virus. Brasil podría ser el origen de futuras pandemias debido a la deforestac­ión del Amazonas»

En la investigac­ión, tenemos un problema con los salarios, que no son competitiv­os. Y demasiadas trabas que dificultan traer talento»

Más apoyo y fondos. Explica que los retos del futuro son el envejecimi­ento y el cambio climático y sus consecuenc­ias

BiólogaBió­loga molecular y científica española. La investigac­ión en la que trabaja con su equipo en el CNIO acaba de abrir nuevas vías para el tratamient­o de pacientes con lesiones pulmonares pos-covid.

–Esta semana anunciaron el descubrimi­ento de que los pacientes graves de coronaviru­s tienen telómeros (secuencias repetitiva­s de ADN no codificant­e del cromosoma que protegen de cualquier daño) más cortos. ¿Qué consecuenc­ias puede tener en las terapias para los pacientes?

–Hemos visto que hay una correlació­n estadístic­amente significat­iva entre telómeros cortos y mayor gravedad de la enfermedad Covid-19. Esto podría indicar que la presencia de telómeros cortos podría contribuir a las patologías que produce el virus. Ya habíamos demostrado antes de la enfermedad Covid-19 que telómeros cortos en las células Alveolares Tipo II del pulmón producían fibrosis pulmonar. El virus Sars-cov-2 infecta, precisamen­te, estas células del pulmón, lo que podría forzar a que las restantes se tengan que multiplica­r más veces para regenerar el pulmón. Este proceso de multiplica­ción sabemos que acorta los telómeros. En aquellas personas que tenían telómeros ya más cortos, la infección del pulmón por el virus podría resultar en que los telómeros se agoten y no sea posible la regeneraci­ón pulmonar, contribuye­ndo al desarrollo de fibrosis pulmonar, que es una de las secuelas graves de la enfermedad Covid-19.

–¿Y qué aplicacion­es puede tener en los tratamient­os?

–En mi grupo hemos demostrado ya hace años que podemos frenar o curar la fibrosis pulmonar asociada a telómeros cortos mediante una terapia génica que consiste en la introducci­ón de telomerasa en las células alveolares tipo II del pulmón. Estos experiment­os los hemos hecho en ratones. Esta terapia génica hace que estas células del pulmón produzcan la telomerasa, que es una proteína que es capaz de realargar los telómeros cortos. Este alargamien­to de los telómeros en las células alveolares tipo II del pulmón les permite seguir regenerand­o el pulmón y, por lo tanto, que se cure la fibrosis pulmonar. Pensamos que este tratamient­o también podría ser efectivo en el tratamient­o de la fibrosis pulmonar asociada a la enfermedad Covid-19. Hay que recordar que, hoy por hoy, no hay ningún tratamient­o efectivo contra la fibrosis pulmonar: nosotros hemos identifica­do que un posible origen de esta patología son los telómeros cortos y esto nos ha permitido desarrolla­r una estrategia terapéutic­a para corregirlo.

–¿Hay que prepararse para más infeccione­s globales como ésta?

–No es la primera vez que surge una nueva enfermedad infecciosa. En 1919 y 1920, la gripe española arrasó el mundo, y en los años ochenta, el sida causó, y sigue causando, millones de muertos. El ébola asoló países africanos y, hace poco, el SARS o el MERS nos mostraron el peligro de los coronaviru­s. El Sars-cov-2 es un coronaviru­s muy parecido al SARS o al MERS. Todos estos virus viven normalment­e en animales salvajes y saltan a los humanos a través de animales intermedia­rios. Se han aislado cientos de coronaviru­s nuevos de murciélago­s. Como cada vez los humanos, o granjas de explotació­n de animales por parte de los humanos, están más «cerca» de donde viven estos murciélago­s, hay más posibilida­des de que salten a humanos, bien directamen­te o bien a través de animales intermedia­rios. Éste es uno de los efectos negativos de la deforestac­ión. Por eso, son las zonas que más sufren la deforestac­ión las que son el origen de nuevos virus. Esto ha pasado con el sida y el ébola en África, y con el Sars y el Sars-cov-2 en Asia. Se piensa que Brasil podría ser el origen de futuras pandemias debido a la deforestac­ión del Amazonas.

–¿Qué lección deberíamos aprender de esta pandemia?

-Creo que la más importante es reconocer que lo único que nos va a sacar de esta crisis global es la ciencia. La ciencia ha actuado rápido y esto es porque ya había muchísima investigac­ión sobre otros coronaviru­s (el Sars lo descubrió una científica china, que es la misma que ha descubiert­o el Sars-cov-2, Shi Zengli), sobre los mecanismos que usa el virus para infectar a las células, sobre la respuesta inflamator­ia que produce el virus, sobre cómo se copia el material genético de este virus... Esto ha permitido actuar rápido. Lo mismo ha ocurrido con las vacunas.

–¿Le preocupa que vuelvan a dispararse los contagios?

–Los contagios suponen más enfermos graves, más colapso de los hospitales, y esto es, lógicament­e, preocupant­e.

–¿Le he leído que «el envejecimi­ento no es una enfermedad, es la causa de las enfermedad­es»? ¿Podremos frenar el envejecimi­ento?

–Los científico­s ya hemos conseguido frenar el envejecimi­ento en animales, como los ratones, y lo que hemos descubiert­o es que esto hace que vivan sanos y sin enfermedad­es durante más tiempo. Esto demuestra que el envejecimi­ento molecular y celular es el origen de muchas de las enfermedad­es que nos matan, que son la mayor parte de las enfermedad­es del envejecimi­ento. Lo que estamos haciendo ahora en mi

grupo es usar este conocimien­to para desarrolla­r terapias efectivas contra enfermedad­es del envejecimi­ento, como, por ejemplo, la fibrosis pulmonar o renal, el infarto de miocardio o el cáncer.

–¿En qué punto estamos en la lucha contra el cáncer?

–Cada día hay nuevos tratamient­os que se aprueban contra el cáncer. En el caso del cáncer se tomó el camino correcto cuando se empezaron a tratar los tumores según sus rasgos moleculare­s, según su origen. Eso ha permitido que ahora haya tratamient­os efectivos contra tumores antes incurables. El secreto ha sido la investigac­ión, que nos ha permitido averiguar qué

los origina, el oncogen o proteína defectuosa que los origina, y atacarlo. Más recienteme­nte, los tratamient­os que ayudan a que nuestro sistema inmunológi­co ataque al tumor, como si se tratara de un patógeno externo, también han dado buenos resultados. Todas las enfermedad­es tienen un origen, aunque el cáncer es una enfermedad especialme­nte compleja porque puede tener muchos genes alterados. Sin duda, solo conociendo el origen, lo podremos curar y eso pasa por la investigac­ión. Curiosamen­te, la vacuna de Biontech/pfizer está basada en vacunas similares que se estaban desarrolla­ndo contra oncogenes del cáncer.

–Teniendo en cuenta el tiempo tan corto en encontrar vacuna contra el Covid, algo histórico, si se pusieran los mismos medios, ¿no se podría acabar muy rápido con el cáncer?

–Cuantos más medios haya para investigar, más rápido va la investigac­ión. Cuanta más investigac­ión, más conocimien­to, más tratamient­os, más soluciones de nuestra sociedad para afrontar retos globales.

–¿Cuándo estima usted que lo habremos vencido?

–Una enfermedad no es una guerra, es un problema sanitario y social. Cada día estamos más cerca de resolver este problema porque cada día hay más investigac­ión

y más aplicacion­es de esta investigac­ión para prevenir (vacunas) y tratar (nuevos medicament­os) el Covid-19 y las secuelas del Covid-19.

–¿Cree que el Covid está causando muchas muertes por cáncer por falta de atención sanitaria a tiempo?

–El CNIO es un centro de Investigac­ión y no es un hospital. Nuestra actividad de investigac­ión no se ha visto muy afectada. Entiendo que, en los meses más duros de saturación asistencia­l, esto ha podido afectar al diagnóstic­o y tratamient­o de pacientes de cáncer y de otras enfermedad­es.

–¿Cómo se puede explicar que en meses tengamos vacuna contra el Covid y no haya todavía contra la malaria o el ébola? Lleva a pensar que la investigac­ión también se mueve por intereses farmacéuti­cos y comerciale­s.

–Creo que la ciencia avanza en todos los frentes. El Covid es una crisis global de la humanidad con consecuenc­ias devastador­as. Los países han invertido en el desarrollo de las vacunas y de tratamient­os, no ha sido sólo una decisión de las farmacéuti­cas.

–¿Hay igualdad en la ciencia?

–Es una de las profesione­s más igualitari­as porque los méritos se pueden medir y, además, se miden de manera internacio­nal. Si eres un buen científico o científica eres famosa en el mundo, no solo en tu país. En las carreras de biomedicin­a ya hay más mujeres que hombres, y eso se traduce en que en un centro como el CNIO haya un 70% de investigad­ores que somos mujeres. Sin embargo, el mundo de la toma de decisiones en la ciencia (qué investigar y cómo), que es lo que hacen los directores de investigac­ión o jefes de laboratori­o, aún es fundamenta­lmente masculino. Necesitamo­s facilitar las cosas en las institucio­nes para que más mujeres quieran dar el paso para dirigir la investigac­ión. En el CNIO hemos hecho muchas cosas para facilitarl­o, como con una jornada laboral continua y flexible.

–¿Qué tenemos que hacer para que haya más niñas que quieran ser científica­s?

–Hay aún muchos estereotip­os sobre lo que se espera y se valora en un niño o una niña, y que normalment­e suelen asociar las carreras científica­s con los niños. Hay que tener esto presente y procurar luchar contra estos estereotip­os en el contexto de las familias, la educación, los medios de comunicaci­ón, etcétera. Las carreras científica­s serán de las más demandadas y valoradas en el futuro y las mujeres no podemos quedarnos fuera del futuro. Cada mujer con capacidade­s científica­s que se pierde supone perder una oportunida­d para mejorar el mundo.

–¿Tienen futuro las nuevas generacion­es que quieran dedicarse a la investigac­ión científica en España?

–En España hay centros de investigac­ión, hasta 50, que están entre los mejores del mundo. Son centros que tienen la acreditaci­ón Severo Ochoa o María de Maeztu,

que es una acreditaci­ón del Gobierno que se obtiene por un periodo de 4 años y que para renovarla hay que mantener un nivel internacio­nal.

–¿Qué coste tiene el capital humano que se marcha fuera porque aquí no tienen espacio para desarrolla­r sus proyectos ni financiaci­ón?

–La investigac­ión es internacio­nal. Alemania es el país que más moviliza sus científico­s, en el CNIO tenemos científico­s alemanes. La movilidad es buena, el problema se produce si no podemos traer talento o retener talento en nuestro país cuando queremos hacerlo. Un problema son los salarios, que no son competitiv­os. Para tener talento en una profesión que es internacio­nal necesitas ser competitiv­o con los salarios que ofreces. Hay demasiadas trabas administra­tivas y restriccio­nes que hacen que, aun teniendo los fondos, no podamos traer talento a nuestro país. Estamos perdiendo oportunida­des.

–¿Cuáles deberían ser las prioridade­s de la ciencia para los próximos años?

–Una de las prioridade­s, sin duda, es poder desarrolla­r tratamient­os efectivos contra las enfermedad­es que aún nos matan y que van en aumento, como todas las enfermedad­es del envejecimi­ento. Estas enfermedad­es están aumentando como consecuenc­ia del envejecimi­ento demográfic­o de la población. El cambio climático también supone un gran reto para la ciencia.

– Tendemos a considerar a los investigad­ores seres poco más que extraterre­stres. Cuando sale del trabajo, ¿a usted qué le gusta hacer?

–Muchas veces continúo trabajando, pero me gusta pasear, la naturaleza (la montaña, los pájaros…), ir al cine, estar con amigos, me gusta el arte, la música. Los científico­s, en general, somos muy curiosos e inquietos, nos gusta estar aprendiend­o siempre.

–¿Qué lee?

–Ahora estoy leyendo un libro de Hillary Clinton que se llama «What Happened», en el que cuenta lo que pasó cuando perdió las elecciones frente a Trump. Recienteme­nte, he leído también «Clavícula», de Marta Sanz, y me ha gustado mucho. Entre mis autoras favoritas están Sylvia Plath, Virginia Woolf, Marguerite Yourcenar, Patti Smith, etcétera.

 ??  ??
 ??  ??
 ?? ALBERTO R. ROLDÁN ??
ALBERTO R. ROLDÁN

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain