Un gran Palo Cortado de Montilla
Es un lugar común cuando se habla del Palo Cortado aludir a su origen misterioso. Mucho se ha escrito sobre el carácter accidental de un vino que se dice «con nariz de amontillado y boca de oloroso». Asi, el inefable documental dirigido por López Linares. En ese caso era el marco jerezano el escenario de estos vinos profundos, intensos y raros. Ahora reivindicamos las versiones de Montilla Moriles. No nos cansaremos de repetir el excelente estado en el que se encuentran bodegas tradicionales que están desplegando auténtica contemporaneidad en los vinos cordobeses. Lagar blanco es una bodega enclavada en la sierra montillana de la familia Cruz, que con toda la personalidad de la Pedro Ximenez consigue un ejemplar tremendamente limpio, vivo y directo. Presenta este «palocortado» las notas características de estos vinos con esos vestigios aromáticos al fino y al fruto seco, y una boca expresiva, y en ese caso muy redonda. Si algo singulariza los vinos de esta bodega es la armonía y la integración. Y ese amargor de nivel que nos deja cavilando como momento final. En todas sus trazas este Palo Cortado es seco, auténtico y sin dejar ventajas aromáticas que puedan confundir. Se plantea ideal para la cocina andaluza, máxime si tiene alguna raíz tradicional como la sugerente e historicista del Noor de Paco Morales. Imprescindible.