La resistencia a las vacunas, un raro aunque potencial problema
El uso inadecuado de medicamentos, como tomarlos sin receta, favorece la fármacoresistencia: cuando los microorganismossufren cambios que hacen que los medicamentos utilizados para curar las infecciones dejen de ser eficaces. Sin embargo, la resistencia a las vacunas ha surgido en contadas ocasiones. ¿Por qué?
Con esta pregunta, los expertos nos recomiendan un estudio publicado ya en 2017 en «The Royal Society»:
«Primero, las vacunas tienden a funcionar de manera profiláctica, mientras que los medicamentos tienden a actuar de manera terapéutica. En segundo lugar, las vacunas tienden a inducir respuestas inmunitarias contra múltiples objetivos de un patógeno, mientras que los medicamentos tienden a dirigirse a muy pocos. En consecuencia, las poblaciones de patógenos generan menos variación para la resistencia a las vacunas que para la resistencia a los medicamentos». El estudio también recoge que «es posible identificar las vacunas con riesgo de fallar incluso antes de que se introduzcan». Algo que sucede en raras y contadas ocasiones, ya que «las vacunas son menos vulnerables a la evolución de patógenos que los medicamentos antimicrobianos debido a las diferencias en la forma en que funcionan». Ahora bien, según un estudio publicado en noviembre en «PLOS Biology», esta resistencia es posible, pero se puede minimizar esta posibilidad. ¿Cómo? Según Andrew Read, uno de los autores de la citada investigación, «las vacunas diseñadas para inducir una respuesta inmune redundante pueden retrasar la evolución de la resistencia a estos preparados», ya que el virus tendría que sufrir no una sino varias mutaciones para vencer, y para ello siempre se pueden «reformular» las vacunas.