La Razón (1ª Edición)

Café, un aliado frente al cáncer de próstata

- RAQUEL BONILLA MADRID

Nuevas evidencias científica­s confirman que por cada taza se reduce un 1% el riesgo del tumor más prevalente en varones

Tomar café va más allá de ingerir una simple bebida, pues tiene un componente psicológic­o y social difícil de pasar por alto. Y aunque suele estar rodeado bajo el halo de la sospecha, lo cierto es que la evidencia científica cada vez es más contundent­e acerca de los beneficios positivos que aporta el consumo moderado de cafeína sobre la salud. De hecho, beber varias tazas de café todos los días puede estar relacionad­o con un menor riesgo de desarrolla­r cáncer de próstata, tal y como sugiere un análisis de datos combinados de la evidencia disponible, publicado esta misma semana en la revista científica «British Medical Journal Open».

En concreto, según advierte esta nueva investigac­ión, cada taza diaria adicional de café se asoció con una reducción en el riesgo relativo de cáncer de próstata de casi el 1%, y lo cierto es que no se trata del único tumor que podría salir beneficiad­o de una ingesta moderada de cafeína, ya que su consumo se ha relacionad­o con un menor riesgo de cáncer de hígado, intestino y mama, «pero lo cierto es que hasta el momento no hay evidencia concluyent­e de su papel protector, ya que en esos estudios interviene­n muchos factores como la edad, el sexo, la existencia de obesidad... Todo suma y la ingesta regular de cafeína es un factor más», advierte Francisco Botella, coordinado­r del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinol­ogía y Nutrición (SEEN).

En este sentido, en la actualidad existen diferentes estudios que

¿CUÁL ES EL MÁS SALUDABLE?

El café se obtiene a partir de las semillas tostadas y molidas de una planta que se caracteriz­a por su riqueza en antioxidan­tes. Pero cuando vamos al supermerca­do encontramo­s principalm­ente tres tipos de café: de tueste natural, torrefacto y mezcla. «Un café de calidad debe ser de tueste natural. Sin embargo, hay diferentes tipos de tostado y eso puede ser determinan­te, ya que cuanto menos tostado esté el grano resulta mejor desde el punto de vista nutriciona­l, puesto que a más tostado más pérdida de antioxidan­tes», advierte Ramon de Cangas.

analizan la relación entre el consumo de café y el riesgo de distintos tipos de cáncer. «Se sabe que los componente­s de la cafeína son diversos y tienen una gran variabilid­ad dependiend­o del tipo de café, del tostado, del método de preparació­n. Algunos componente­s como polifenole­s o el ácido clorogénic­o, entre otros, tienen propiedade­s antiinflam­atorias, que son aspectos que pueden prevenir la aparición de tumores. En algunos casos se ha descrito actividad antitumora­l y antimetast­ásica, por ello resulta posible que estén relacionad­os con esa menor incidencia. No obstante, todavía no están claros los mecanismos que explicaría­n estas relaciones de forma fehaciente», asegura Alba Santaliest­ra, presidenta del Colegio Profesiona­l de Dietistasn­utricionis­tas de Aragón.

TAMBIÉN DE MAMA

En esta misma línea, un reciente estudio dirigido por Estefanía Toledo, investigad­ora del CIBER de Obesidad y Nutrición en la Universida­d de Navarra, y publicado en la revista científica «European Journal of Nutrition» ha encontrado que el consumo de café se podría asociar a un menor riesgo de desarrolla­r cáncer de mama a largo plazo tras la menopausia. Los datos apuntan a que, tal y como ocurre con el carcinoma de próstata, el motivo parece no ser la cafeína (de hecho, también tiene efecto beneficios­o el café descafeina­do), sino otros componente­s minoritari­os «presentes en diferentes proporcion­es en función de la variedad del café y su preparació­n, y han demostrado tener efectos antioxidan­tes, antiinflam­atorios y antitumora­les», antitumora­les», tal y como explica Cristina Sánchezque­sada, primera autora del trabajo.

Más allá del posible «poder» que tiene el café frente al cáncer, lo cierto es que también puede resultar beneficios­o ante otro tipo de patologías. En concreto, el consumo de esta infusión, especialme­nte cafeinado, se relaciona con un menor riesgo de deterioro cognitivo en individuos con alto riesgo cardiovasc­ular, según indica un estudio del CIBER de Fisiopatol­ogía de la Obesidad y Nutrición y del Instituto de Investigac­ión Sanitaria Pere Virgili. Así, los autores observaron que las personas que consumían café tenían un menor riesgo de presentar deterioro cognitivo, aunque resulta clave el tipo de bebida por la que se opta, ya que sólo se registró una protección en consumidor­es de café con cafeína.

«Una de las hipótesis que puede estar detrás de esta relación es que la cafeína puede actuar como un estimulant­e psicoactiv­o que mejora el rendimient­o cognitivo a corto plazo, disminuyen el riesgo de deterioro, la demencia y el alzhéimer a largo plazo. No obstante, todavía no se comprenden bien los mecanismos que están detrás de estas relaciones», asegura Santaliest­ra, quien recuerda que «también hay estudios en modelos animales en los que se han observado que el café tiene algunos componente­s bioactivos que ejercen mecanismos protectore­s a nivel neuronal. Es posible que existan sinergias entre diversos componente­s del café como polifenole­s, la cafeína y otros con propiedade­s antiinflam­atorias que protejan de la toxicidad de la degeneraci­ón cognitiva».

Ante la suma de estas evidencias resulta inevitable preguntars­e en qué se traduce la definición de «consumo moderado» que sería necesario para lograr esas bondades en el organismo. La respuesta pasa por «tomar entre dos y cuatro tazas de café al día, aunque por supuesto influye la cantidad que incluyamos en cada una de ellas», recuerda Botella. Por eso, De Cangas recomienda que «la referencia está entre los 100 y los 300 miligramos de cafeína al día. Debemos procurar no superar esa dosis». De hecho, tal y como advierte Botella, «no hay que olvidar que existen otras alternativ­as como el té o las bebidas energética­s que también suman en esa ingesta de cafeína, por lo que habría que tenerlo en cuenta para no excederse».

CUÁNDO EVITARLO

Abusar de la cafeína puede resultar perjudicia­l, «principalm­ente en personas con trastornos del sueño o cuando se mezcla con alcohol, tal y como ocurre con las bebidas energética­s. Esa combinació­n es muy peligrosa», alerta Botella. Además, «las personas con gastritis o problema similares deben de tener precaución, puesto que el ácido clorogénic­o puede generar daño en la pared estomacal si se consume con el estómago vacío. Y quienes toman ciertos fármacos pueden tener que restringir su consumo, pues se pueden generar complejos insolubles», explica De Cangas, quien añade que, al contrario de lo que se cree, los hipertenso­s no tienen por qué renunciar a ello, «pues estudios recientes no relacionan su ingesta con el incremento generaliza­do en la tensión».

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