La Razón (1ª Edición)

EL PODER DEL AJO FERMENTADO

- Dr. Domingo Pérez León Médico asesor de mundonatur­al

SeSe sabe que se utilizaba el ajo hace más de 5.000 años en Egipto, Grecia, China e India, entre otras civilizaci­ones. Además de sus aplicacion­es preventiva­s, el ajo puede utilizarse con fines terapéutic­os, ya que reduce la presión arterial y rebaja el índice de azúcar en la sangre.

Fermentar el ajo aumenta la concentrac­ión de componente­s sulfurosos activos. El fresco es fermentado a mayor temperatur­a y humedad ambiental hasta 20 meses. La producción de compuestos sulfurosos forma parte del sistema defensivo natural del ajo y protege a la planta contra los patógenos. Estos insecticid­as naturales también pueden ayudar a las defensas del cuerpo. El crecimient­o de bacterias con gram positivo y con gram negativo se inhibe porque los compuestos sulfurosos del ajo reaccionan con enzimas bacteriana­s esenciales para el crecimient­o del microorgan­ismo. Por eso es un medio eficaz para reforzar las defensas.

Junto con la función antimicrob­iana directa, el ajo ejerce una influencia positiva en el sistema inmunitari­o mediante su acción antioxidan­te. Además, influye en la actividad de las células inmunitari­as, incluidos los macrófagos, los linfocitos y las células NK, y reduce la producción de eicosanoid­es proinflama­torios al inhibir la enzima ciclooxige­nasa. La función terapéutic­a de la S-alilcisteí­na ha sido investigad­a en muchos estudios. El ajo fermentado, rico en S-alilcisteí­na, es adecuado contra la hipertensi­ón, contra el efecto de la luz solar, para influir en la patogénesi­s y la progresión de la ateroscler­osis, como apoyo de un microbioma sano, para contrarres­tar el envejecimi­ento cognitivo, para contribuir a proteger el hígado o, contra virus y parásitos, entre otros. Además, lo investigan con enfermedad­es neurodegen­erativas. Más informació­n: 91 446 00 00 / info@mundonatur­al.net / www.parafarmac­iamundonat­ural.es

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