La Razón (1ª Edición)

El avance de las empresas públicas hacia la economía circular se ralentiza

El 54% asegura que se enfrenta a la ausencia de objetivos en este ámbito y a falta de recursos

- R. Carvajal-madrid

La economía circular es una de las políticas palanca para acelerar el cumplimien­to de los ODS, incluida en el Plan de Acción para la Agenda 2030 y también presente –como una de las medidas para frenar los efectos de la crisis de la COVID-19 en Espana– en el Plan de recuperaci­ón, transforma­ción y resilienci­a presentado en el mes de octubre por el Gobierno, el cual representa la hoja de ruta para poder acceder al Plan Europeo de Recuperaci­ón. El plan español, que lleva por título España Puede, presenta la economía circular como la palanca para la modernizac­ión industrial y se destaca como complement­o necesario para el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), así como para la transforma­ción y digitaliza­ción de la cadena logística del sistema agroalimen­tario y pesquero.

Además, dentro de los subplanes que son necesarios para el impulso de la Política Industrial de España 2030, destaca la Estrategia de Economía Circular, y también el Plan de digitaliza­ción de la salud, comercio, turismo y automoción, el Plan de modernizac­ión y sostenibil­idad de la industria y el Plan de impulso de las industrias tractoras verdes y digitaliza­ción.

Según un análisis de Forética sobre la sostenibil­idad de las empresas públicas desde la triple perspectiv­a ESG, las empresas públicas españolas manifiesta­n tener diferentes motivacion­es a la hora de integrar un modelo de economía circular en la organizaci­ón, como son mejorar la competitiv­idad de la organizaci­ón y las relaciones con los grupos de interés, generar nuevas oportunida­des de negocio y reducir costes operativos, cumplir con la legislació­n prevista (la prohibició­n de los plásticos de un solo uso a partir de 2021), mitigar la exposición a los riesgos de la economía lineal (escasez de recursos), contribuir a la mejora y el cuidado del medioambie­nte o aportar una valoración adicional en los procesos de licitación de aquellas ofertas que incorporan ventajas ambientale­s.

Como resultado de estas motivacion­es, el 58% de las empresas públicas ha desarrolla­do iniciativa­s concretas a nivel interno para impulsar la economía circular en su empresa, entre las que destacan el desarrollo de planes de acción, estrategia­s o líneas de actuación concreta (35%), mostrar un compromiso en firme (38%), establecer alianzas con otras entidades con objetivos similares (31%), así como comunicar y difundir externamen­te las iniciativa­s llevadas a cabo (35%). El 23% restante manifiesta no contar todavía con iniciativa­s en materia de economía circular, si bien están movilizand­o recursos internos para este fin.

A pesar de las expectativ­as y el interés creciente en el ámbito público por integrar un modelo de economía circular en las organizaci­ones y en la gestión de la actividad diaria, las empresas públicas manifiesta­n seguir enfrentánd­ose a los siguientes retos: el 54% responde que se enfrenta a la ausencia de objetivos específico­s en este ámbito; el 54% a la falta de recursos a nivel interno; un 31% apunta a la escasa conciencia­ción y sensibiliz­ación interna sobre su relevancia; el 27% menciona la falta de orientació­n y de conocimien­tos técnicos específico­s en este ámbito; el 23% no ha identifica­do los beneficios de contar con un modelo circular debido al sector de actividad de la compañía; el 22% menciona otros retos asociados a integrar a los diferentes grupos de interés en el proceso, ya que en muchos casos son actores necesarios para que el flujo asociado a la circularid­ad de un residuo se lleve a cabo con éxito.

Hoy ya nadie duda que la economía circular representa una oportunida­d sin precedente­s para cambiar nuestro modelo de producción y consumo desde la revolución industrial, así como para impactar significat­ivamente en la consecució­n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los objetivos marcados en el Acuerdo de París. Son numerosos los retos, pero también inesperada­s las oportunida­des para el planeta, la sociedad y la economía global y, por ende, para el sector privado.

En este sentido, se ha estimado que una reducción de tan solo un 1% en el consumo de recursos podría suponer un ahorro de, aproximada­mente, 840 millones de toneladas de metales, combustibl­es fósiles, minerales y biomasa anualmente, así como de 39,2 trillones de litros de agua. Esta reducción en el consumo de materias primas podría traducirse en un ahorro potencial de casi 80 billones de dólares para la economía global.

Forética menciona en sus estudios sobre la economía circular que los escenarios y proyeccion­es de organismos internacio­nales de referencia,como la Fundación Ellen Macarthur, Mckinsey o el Foro Económico Mundial, también han reportado un impacto positivo de la adopción de los principios de la economía circular. Según sus resultados, Europa podría aprovechar el cambio de modelo para generar un beneficio neto de 1,8 billones de euros de aquí a 2030, es decir, 0,9 billones más que en el actual modelo de economía lineal.

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XXXXX La economía circular es una de las políticas palanca para avanzar en los ODS
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DESARROLLO DE INICIATIVA­S DE LAS EMPRESAS PÚBLICAS PARA IMPULSAR LA ECONOMÍA CIRCULAR

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