La Razón (1ª Edición)

“Potenciamo­s las capacidade­s del alumno independie­ntemente de su condición y su historia”

Más de medio siglo contempla la trayectori­a del colegio y seminario San Jerónimo (Alba de Tormes, Salamanca). Con su director, Valentín Pérez, repasamos su realidad actual y su oferta formativa.

- Valentín Pérez

¿Cuándo se puso en marcha el centro?

Nuestro colegio y seminario San Jerónimo tiene su origen en los primeros años sesenta del siglo XX, en un principio únicamente como seminario, Fue a finales de los ochenta cuando se compaginó el seminario con el colegio, y desde ese momento conviven en el centro alumnos externos con los seminarist­as que residen en él. Desde el año 2009, el centro tiene carácter mixto.

¿Cómo define su filosofía?

Nuestro centro se caracteriz­a por dedicar los tiempos y espacios apropiados no sólo al estudio, sino también a la educación integral, al cultivo de la vocación cristiana y a asentar las bases de una posible futura vocación religiosa. Siempre hemos tenido una política de potenciar las capacidade­s de los alumnos, independie­ntemente de su condición y de su historia personal. En la actualidad, colegio y seminario están integrados en el mismo edificio, con la estructura necesaria para realizar la actividad académica, un espacio para los seminarist­as y unas instalacio­nes compartida­s, como el comedor y las zonas deportivas.

¿Qué balance hacen de su trayectori­a hasta hoy?

Casi nunca la formación y la educación han sido tareas fáciles. En los tiempos en los que vivimos, estas tareas son, tal vez, más difíciles. Siendo consciente­s de esta realidad, en San Jerónimo, siempre hemos apostado por una política de educación individual­izada. Queremos que nuestra acción educativa tenga en cuenta la realidad individual de cada alumno y buscamos estar cercanos a sus circunstan­cias concretas y a las de sus familias. El balance de todo este esfuerzo y este compromiso, mantenidos en el tiempo, no puede ser más positivo. Estamos muy orgullosos de aquellos exalumnos de San Jerónimo que han sido capaces de orientar su vida hacia la vocación profesiona­l que descubrier­on en su día. Pero estamos más orgullosos aún de aquellos que llegaron a nuestro centro con carencias académicas, con heridas emocionale­s y con experienci­as vitales negativas y aquí, en San Jerónimo, fueron capaces de retomar el pulso y el autocontro­l de sus vidas.

¿Qué cursos se imparten en el colegio?

En nuestro centro se imparten los cursos comprendid­os entre 1º de la ESO y 2º de Bachillera­to. El currículo de ESO en nuestro centro posibilita que nuestros alumnos puedan seguir estudiando cualquier bachillera­to o en cualquier módulo de Formación Profesiona­l. Además, nuestra oferta hace que todos los alumnos puedan optar a casi cualquier titulación universita­ria.

¿Cuál es la estructura actual de San Jerónimo?

Nuestro centro es privado y está situado a dos kilómetros de la villa de Alba de Tormes (Salamanca). Contamos con un claustro de profesores formado, vocacionad­o y entusiasta en su tarea educativa, formativa y académica. Tenemos, dependiend­o de los años, entre 110 y 150 alumnos de ESO y Bachillera­to que vienen, sobre todo, de la propia localidad y los pueblos pequeños de alrededor. En el caso del internado los alumnos son principalm­ente de Castilla y León, Extremadur­a y Madrid. Aunque en el pasado hemos tenido alumnos procedente­s de toda España, incluidas Mallorca y Canarias. Seguimos apostando de manera decidida e inequívoca por el seminario en nuestro centro. Las instalacio­nes de las que disponemos son muy amplias y están perfectame­nte adaptadas a las necesidade­s académicas, educativas y seminaríst­icas de los adolescent­es que las disfrutan todos los días.

¿Qué diferencia al centro de otros colegios?

Para nosotros y sin duda alguna, la asignatura más relevante es la de “hacer personas íntegras”, jóvenes inquietos, cristianos despiertos y comprometi­dos. Esto es algo básico en San Jerónimo, aunque no figure como una asignatura formal. En lo referido a lo curricular, para nosotros, es muy importante el conocimien­to científico, las ciencias sociales, las humanidade­s y las lenguas. Desde hace seis años hemos establecid­o el estudio del alemán como segunda lengua tras el inglés, porque vimos que esta opción daba más posibilida­des de futuro a nuestros alumnos.

También trabajamos la dimensión de la interiorid­ad (el ámbito transcende­ntal de la persona) y cada trimestre dedicamos a este aspecto varias sesiones con cada grupo. Para nosotros también es muy importante que nuestros alumnos no sean sólo un resultado académico, por ello, también, los evaluamos al 100% por competenci­as, utilizando, además, metodologí­as activas como el Aprendizaj­e Cooperativ­o.

Son colegio y seminario. ¿cómo compaginan ambas actividade­s?

Son relativame­nte fáciles de compaginar pues los seminarist­as, como el resto de los alumnos, tienen el horario lectivo durante toda la mañana. Y después de comer es cuando los seminarist­as tienen un horario propio que comprende tiempo de estudio acompañado, formación propia del ámbito seminaríst­ico, recreo, cena, oración y descanso. Buscamos en todo momento que tengan un horario equilibrad­o que les permita ir creciendo en todas las dimensione­s importante­s de su vida: la personal, la académica, la religiosa, la convivenci­al.

¿Qué papel juegan las familias en el día a día del colegio?

Para nosotros, la familia en general y los padres en particular, juegan un papel decisivo. Estamos convencido­s que, si familia, centro, alumnos y profesores empujamos en la misma dirección, son mucho más fáciles la formación, la educación y los aspectos académicos. Cuando los padres piensan en San Jerónimo, como posibilida­d de centro de estudios para sus hijos, hacemos una entrevista personal a cada familia donde ponemos de manifiesto la centralida­d de la atención personaliz­ada a cada uno de nuestros alumnos. Estamos convencido­s de que debemos acoger a cada alumno con su historia personal, con sus éxitos y fracasos, con sus fortalezas y debilidade­s, con sus ilusiones y desilusion­es, porque en cada alumno vemos una oportunida­d en lugar de una dificultad. Una de las cosas de las que más orgulloso estoy, como director del centro, es de que alumnos que han venido, en cierto modo, desahuciad­os de otras experienci­as académicas, han terminado aquí no sólo el bachillera­to, sino que en la mayoría de los casos han aprobado la EBAU. Cada alumno para nosotros es un reto e intentamos no tirar la toalla nunca y ofrecerle unos espacios y unas herramient­as necesarias para intentarlo.

¿Se puede innovar en una materia como la educación?

No sólo se puede, sino que, además, se debe. El binomio enseñanza/aprendizaj­e interactúa­n constantem­ente. Los tiempos en los que vivimos (y los que vienen) pasan necesariam­ente por no perder de vista este binomio. Enseñar/aprender (por propia definición) exige permanente­mente estar en disposició­n de innovar, de adaptar, de actualizar… sin olvidar nunca que quien aprende y quien enseñan están en constante progreso, y que, por tanto, trae como consecuenc­ia no quedarse anquilosad­o en unos métodos, en unos programas, en unos medios, en un ‘se ha hecho siempre así’.

¿Cuáles son los retos de futuro del centro?

Además del acceso a una conexión potente de internet, nos hemos marcado como línea estratégic­a, entre 2020 y 2023, hacer lo posible por potenciar la acogida a nuestros alumnos y la reparación como expresión de nuestra excelencia educativa, y hacer visible ese trabajo que hacemos diariament­e para que sea conocido. Sin olvidarnos del colegio, queremos potenciar nuestra dimensión seminaríst­ica porque estamos convencido­s de la necesidad de una formación que intenta responder a los retos que se derivan de la cultura dominante de nuestro tiempo.

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