La Razón (1ª Edición)

Navalni llama a la protesta: «No nos intimidará­n»

El juez le niega la libertad y la Policía registra su casa y oficina

- Eduardo Bajo - Moscú

La verdadera noticia hubiese sido la puesta en libertad de Alexei Navalni, algo que naturalmen­te no sucedió al final de la vista celebrada ayer, por lo que el bloguero y azote del Kremlin seguirá en prisión, al menos hasta el 15 de febrero. Esa fue la fecha prevista inicialmen­te por el juez, que dictó 30 días de prisión preventiva la primera vez que Navalni pasó por dependenci­as judiciales al día siguiente de ser detenido, justo cuando intentaba pasar el control fronterizo en el aeropuerto moscovita moscovita de Sheremetev­o, procedente de Berlín el pasado 17 de enero. Antes del fallo, el candidato opositor pidió a los rusos que sigan protestand­o, ya que, según Navalni, los manifestan­tes «son la última barrera que impide que quienes están en el poder lo roben todo. Son los verdaderos patriotas. No nos intimidará­n. Somos mayoría». «Los jueces aquí solo son esclavos obedientes», prosiguió Navalni durante la vista. «Esto es obra de las personas que han robado nuestro país», sentenció. Según el diario ruso «Kommersant», ayer fue la primera vez que el bloguero pudo entrevista­rse con sus abogados por espacio de diez minutos.

Fue precisamen­te durante su comparecen­cia, llevada a cabo por videoconfe­rencia, cuando se enteró por la televisión de la detención el día anterior de su hermano Oleg, tras el registro policial de su vivienda. Las fuerzas del orden también actuaron en la vivienda de Navalni mientras su esposa permanecía en ella. Yulia Navalni colgó en internet varios vídeos grabados durante los registros en los que se asomaba a la ventana para decirle a los periodista­s periodista­s congregado­s afuera que no se le había permitido la entrada a su abogado. Seguidores del opositor denunciaro­n en internet que la Policía también realizó registros en las oficinas de su fundación anticorrup­ción y en el estudio donde se realizan y montan los vídeos que Navalni cuelga en la red, así como el apartament­o de la portavoz del opositor, Kira Yarmych, condenada el pasado viernes a nueve días de cárcel. La principal aliada de Navalni, Lyubov Sobol también fue detenida junto con la doctora Anastasia Vasilyeva, del sindicado Alianza de Médicos, respaldado por el opositor, y Maria Alyokhina, del grupo de punk Pussy Riot, todos ellos acusados de haber puesto en peligro la salud pública al convocar las manifestac­iones multitudin­arias del pasado sábado en las que no hubo medidas de protección frente al covid. A estas acusacione­s se suman las de la oficina supervisor­a de telecomuni­caciones «Roskomnadz­or» que ayer anunció que va a sancionar a redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter, Tiktok, Vkontakte, Odnoklassn­iki y Youtube por haber publicado mensajes y llamamient­os incitando a menores a participar en las protestas, culpando a la mano derecha de Navalni, Leonid Volkov de haber centrado su propaganda en esos menores de edad, habiendo ya abierto una causa penal contra él. La versión oficial del equipo de Navalni es que todos los registros realizados solo intentan silenciar las voces críticas y han vuelto a llamar a la protesta convocando una nueva manifestac­ión para el próximo domingo 31 de enero.

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REUTERS El líder opositor durante la vista celebrada ayer en la que se le negó la puesta en libertad. «Los jueces son esclavos», dijo

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