Ecuador decide si regresa a la órbita del socialismo
Dos nombres se disputan la presidencia del país este domingo: el izquierdista Andrés Arauz o el conservador Guillermo Lasso
Las primeras elecciones generales de 2021 en América Latina definirán la estrategia de Ecuador para afrontar la pandemia en un contexto de excesiva deuda, la corrupción, el desempleo, la delincuencia y la reactivación económica. La campaña electoral se cerró ayer con el «socialismo del siglo XXI», como define el economista Andrés Arauz su proyecto político, enfrentado con la senda conservadora que lidera el banquero Guillermo Lasso. El domingo 13 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas para elegir presidente, vicepresidente y los 137 miembros de la Asamblea Nacional. Las acusaciones cruzadas de fraude electoral desde hace semanas aumentan la polarización. Hay temor ante posibles denuncias de amaño y disturbios como los ocurridos en Bolivia en 2019. En 2017 Lasso no aceptó el resultado y pidió un recuento.
El país andino se debate entre continuar la vía de la austeridad tras el viraje conservador de Lenin Moreno o apostar por la vuelta al modelo socialista de Correa que gobernó el país de 2007 a 2017. El favorito en las encuestas y respaldado por el expresidente Rafael Correa, Arauz, puede convertirse a sus 36 años en el mandatario más joven de la historia de Ecuador. Los sondeos le otorgan el 28% de los votos. Le sigue el proyecto liberal que comanda por tercera vez consecutiva el expresidente del Banco de Guayaquil, Guillermo Lasso. Su estimación de voto ronda entre el 26% y el 20%. El candidato indígena, Yaku Pérez, se muestra convencido de dar la sorpresa y pasar a la segunda vuelta el 11 de abril «porque nunca hemos tenido tanto apoyo». Sin embargo, las encuestas le otorgan el 13% de respaldo. Más cercano a Arauz que a Lasso, Pérez considera que han ganado apoyos por «la traición de Correa». Se presentan 16 candidaturas, el mayor número de su historia. La única mujer es Ximena Peña cuya estimación de voto no supera el 3%. La negativa de Arauz a pagar en su totalidad la deuda contraída con el FMI y el compromiso de su renegociación porque las condiciones son «draconianas» han provocado que Lasso le acuse de querer convertir Ecuador «en una nueva Venezuela». Arauz no acepta la línea de crédito de 4.200 millones de dólares al FMI ni los 10.000 millones más a fondos sustentados por este organismo solicitados el año pasado Lenin Moreno. La profesora de Negocios Internacionales de la Universidad Iberotran americana experta en política ecuatoriana, Valeria Olvera, señala a LA RAZÓN que «Arauz será criticado duramente por no seguir las reglas del FMI como la mayoría de gobiernos de Latinoamérica. Se ha dado cuenta que no es lo mejor para la economía de su país». Aunque los sondeos son dispares, todos coinciden que
Arauz ha hecho campaña con su negativa a pagar la deuda del FMI y Lasso advierte del riesgo de convertirse en Venezuela
ningún candidato logrará más del 40% de las papeletas y los diez puntos respecto al segundo. Por ello, la segunda vuelta es la opción más probable. A pesar de ello, no hay certezas. Casi cuatro de cada diez electores se muesindecisos. muesindecisos. Arauz estudió una licenciatura en Ciencias de la Universidad de Michigan y es doctor en Economía por la Universidad Autónoma de México. Destaca su promesa de conceder 1.000 dólares a un millón de familias. Durante la campaña ha buscado el voto acompañado de una imagen a tamaño real del expresidente Correa. Antes de ser inhabilitado, Correa se postuló como su vicepresidente. Guillermo Lasso es conocido en el país como «el eterno candidato» tras sus derrotas en 2013 frente a Correa y en 2017 contra Lenin Moreno. Este banquero cercano al Opus Dei se opone al derecho al aborto. Sus detractores le vinculan con la peor crisis económica del país cuando fue ministro de Economía en 1999. Esto obligó a Ecuador en el año 2000 a adoptar el dólar. «Los respaldos a Lasso han subido al incorporar empleo y derechos sociales en su discurso», destaca Olvera.