La banca reclama una agencia independiente de fondos europeos
Cree que el reparto debe dirigirse de apoyo al sector privado y a formación continua
Una agencia independiente que evalúe el uso de fondos europeos. Esa es la propuesta que hizo ayer la banca para garantizar que esta ayuda llegue a los sectores que más lo necesiten. Parece que las entidades financieras no se fían del todo del Gobierno, ni del de España ni los del resto de países de la Unión Europea. Por eso reclaman que los fondos Next Generation (NGEU) –los que la Unión Europea destinará a ayudar a la economía comunitaria a implementar las reformas estructurales necesarias para recuperarse de la crisis del coronavirus– deberían ser controlados por un equipo de gestión al margen de los órganos comunitarios –aunque fiscalizados por ellos– que evalúe la actuación que se haga cada país.
Para los representantes del sector bancario español –reunidos en la jornada Banking Lab organizada por la patronal bancaria AEB y por CUNEF–, estos fondos, que se financiarán con deuda emitida por la propia UE, pueden significar el «germen de la unión fiscal real que busca el proyecto comunitario». Por ello, entienden que la eficiencia en la gestión de los fondos NGEU debe ir encaminada a desarrollar dos ejes de actuación: «La formación continua y el apoyo al sector privado serán los elementos clave en el proceso de cambio hacia una economía más sostenible y digital».
El propio Banco de España, en la misma jornada y de boca de su director general de Economía y Estadística, Óscar Arce, advirtió de que estos fondos europeos deben «usarse bien» para evitar que la unión fiscal entre en vía lenta o, directamente, muera. «Nos la jugamos con su buena utilización, la apuesta europea por este fondo no tiene precedentes, moviliza moviliza mucho dinero y tiene que salir bien». Arce estimó que la ejecución de los recursos que procederán de los fondos UE pueden aportar un crecimiento adicional de «aproximadamente 1,3 puntos porcentuales de PIB», aunque dependerá de cómo y cuándo se ejecuten los proyectos. En su opinión, deben convertirse en el embrión de una verdadera capacidad fiscal común, de modo que el proyecto europeo avance de forma forma positiva. «Si no, se corre el riesgo de que la aspiración verdadera de la unión fiscal entre en vía lenta o, directamente, muera», ha dicho. En cualquier caso, apuesta por la calidad de los proyectos y por ser «muy cuidadosos y rigurosos» en la selección de los mismos, primando la calidad por encima incluso de las prisas, Incluso, vería conveniente gastar menos este año si es «el resultado de ser selectivo».