Con un familiar hemos topado

Un poco en la línea de Paco Martínez Soria cuando al principio de «Abuelo Made in Spain» (Pedro Lazaga, 1969) viajaba hasta Madrid para enderezar la vida de sus tres hijas ya maduritas, quienes, al igual que los nietos del señor, veían al padre poco menos que como un marciano, aterriza en la existencia de Pierre (Vincent Lindon), consejero delegado de una gran empresa familiar, su primo Adrien (François Damiens), y, para colmo, cuando está a punto de firmar el trato del siglo. Pero hay un problema, que también debe hacerlo Adrien porque posee el 50% del grupo. Un tipo extremadamente físico, sentimental, soñador, con un presunto transtorno mental, que solo desea pasar el mayor tiempo posible con Pierre y su familia, a la que éste, como le hace notar Adrien, tiene un tanto descuidada. Martínez Soria, recuerden. Un delirante viaje de negocios (de hecho, a partir del accidentado viaje en avión el filme se vuelve definitivamente desmadrado) une el destino de los dos en una comedia que enfrenta el capitalismo más a las bravas y exagerado (Pierre, claro está) con la humanidad pasada de vueltas que encarna Adrien. Una comedia cargada de buenas intenciones (de hecho, para ello el director debe forzar en algún momento las tuercas de la historia) y una moraleja previsible. Con todo, qué ganas da a veces de mandarlo todo bien lejos y marcharnos a la playa.