INEFICIENCIAS SOCIALES
Javier Morillas
«Como en el tema de la vacunación, el Gobierno desconfía de la colaboración de la sociedad civil organizada»
Director del Centro de Economía Política y Regulación-ceu
ParaPara atender a muchas más personas resulta elocuente que los bancos de alimentos recibirán en 2021 las mismas ayudas públicas que antes de la pandemia. Unas ayudas que han pasado del Ministerio de Sanidad a la llamada Vicepresidencia «de Derechos Sociales», con presupuesto duplicado. Pero para repartir a nuevas «entidades del Tercer Sector de Acción Social», asociaciones y grupos afines al Gobierno. De hecho, la Federación Española de Bancos de Alimentos y la Fundación Acción contra el Hambre seguirán recibiendo 85.000 y 70.000 euros anuales de subvención, respectivamente. Y peor las de más experiencia, Cruz Roja y Cáritas, que ven recortadas las subvenciones un 3%, hasta los 1.323.680 y 792.640 euros. respectivamente, cuando se les multiplican las colas del hambre y nuevos peticionarios.
Como en el tema de la vacunación y la asistencia sanitaria anticovid, el Gobierno desconfía de la colaboración con la sociedad civil organizada, que en el caso de la ayuda alimentaria es la más sólida y rigurosa. Desde la red abierta de 20.000 parroquias de España, solo en la ciudad de Barcelona Cáritas mantiene seis comedores sociales y 69 centros de reparto, recogiendo y conociendo personalmente a los destinatarios.
Lo lamentable es que habiendo subido el total a repartir en 24,6 millones de euros, hasta los 51,5 millones, los «desvíos» de estos diferenciales se dirigen a unos abstractos e ineficientes fines «de interés social». Apartados de la red de comedores y lugares de reparto más fiables, baratos y transparentes.