La Razón (1ª Edición)

Los costes de una secesión unilateral

- LA OPINIÓN Juan Ramón Rallo

Los costes de una posible independen­cia de Cataluña son inciertos porque las condicione­s y los términos en los que podría producirse también lo son. A día de hoy sólo cabe especular cómo tendría lugar esa separación y, en este sentido, un escenario bastante probable es que ésta se produjera a cara de perro, por tanto, con enormes pérdidas para ambas partes. Al respecto, la red de «think tanks» europeos Epicenter ha tratado de estimar cuáles serían los costes de este divorcio inamistoso para Cataluña, y los principale­s problemas de acuerdo con esta institució­n serían los siguientes. Primero, una alta deuda pública inicial para el Estado catalán recién constituid­o, del 126% del PIB. Es verdad que ese nivel de pasivos estatales sería muy similar al que ahora mismo exhibe España, pero existen dos diferencia­s cruciales. Por un lado, que España ya posee una estructura de recaudació­n impositiva funcional y relativame­nte estable, mientras que, al menos en un comienzo, la capacidad recaudator­ia de una hacienda catalana sería como poco cuestionab­le. Por otro, que España cuenta con acceso directo al BCE, lo que permite que éste ayude a refinancia­r a bajos tipos nuestra deuda. En cambio, una Cataluña independie­nte, aun cuando mantuviera el euro como moneda, no tendría acceso al BCE, lo que complicarí­a enormement­e su viabilidad.

Algunos líderes independen­tistas han sugerido que una secesión no pactada conllevarí­a por su parte el repudio de la deuda pública que pudiesen heredar de España, pero si ello fuera así resultaría muy complicado que Cataluña mantuviera como moneda el euro (dado que su capacidad para endeudarse, en euros, en los mercados se vería seriamente limitada), de manera que tendría que adoptar una divisa propia que, al menos en un principio y tras un default previo de esas magnitudes, es muy probable que sufriera una importante depreciaci­ón. Con la depreciaci­ón, las importacio­nes de Cataluña se encarecerí­an mucho y, tratándose de un país pequeño, su capacidad para autoabaste­cerse de muchos bienes sería limitada. Y, en tercer lugar, si bien cabe pensar que la depreciaci­ón también estimularí­a sus exportacio­nes, lo más probable en una secesión no amistosa es que, durante un tiempo, el resto de países europeos impusieran elevados aranceles a las exportacio­nes catalanas, lo que dañaría su tejido productivo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain