La Razón (1ª Edición)

Berlusconi reaparece para confirmar su apoyo a Draghi

El ex presidente del BCE podría jurar como primer ministro antes del sábado

- Ismael Monzón - Roma

El 19 de enero, Silvio Berlusconi tenía que acudir en Milán, a pocos kilómetros de su residencia, a su enésimo juicio por el pago a prostituta­s a cambio de su silencio. Su médico personal redactó un informe en el que le prescribía «reposo absoluto» y se quedó en casa. Ayer, sin embargo, salió de su mansión de Arcore, cogió su avión privado y se plantó en Roma. Lo publicó todo en sus redes sociales, incluido un vídeo con música emotiva en el que saludaba sonriente antes de iniciar el viaje. Por la tarde, Silvio Berlusconi acudió puntual a su cita con Mario Draghi. Lo felicitó, intercambi­aron unas palabras y ratificó el apoyo de Forza Italia al Gobierno de unidad que plantea formar el ex presidente del Banco Central Europeo. «La gravedad de la situación impone dejar a un lado cálculos y tácticas electorale­s para poner en primer lugar el interés del país», dijo. Su intervenci­ón, sin mascarilla, duró apenas un par de minutos. Las de sus colegas se alargaron mucho más, pero antigo «Il Cavaliere» tenía lo que quería: salir en la foto. Y se fue contento. Era el día de cerrar la segunda vuelta de consultas con los partidos. Draghi los citó a todos, en breves turnos de media hora. El resultado fue el mismo que en la primera tanda, un apoyo casi unánime que le permitirá poner en pie un Gobierno de concentrac­ión. Queda por resolver la composició­n del Ejecutivo y cuadrar las diversas agendas, que van de izquierda a derecha del hemiciclo. No obstante, quien impone la línea es el propio Draghi, que se prevé que a final de esta semana vuelva al despacho del presidente Sergio Mattarella para aceptar el encargo y jurar su cargo como primer ministro antes del sábado.

Al margen de Berlusconi, se esperaba la comparecen­cia del líder de la Liga, Matteo Salvini, para que explicara cómo ha pasado de ser el enemigo número uno del euro a abrazar al ex presidente del BCE. Salvini dijo que su intención era que «Italia vuelva a ser protagonis­ta en Europa, poniendo en el centro sus intereses nacionales», una afirmación que encaja mal con el espíritu europeísta del Gobierno.

Aun así, evitó hablar del reparto de poder y se centró en las políticas. El líder de la Liga se declaró partidario de una amnistía fiscal y se conformó con que Draghi no vaya a «subir los impuestos». La medida estrella de la Liga es una tarifa fija del IRPF que el encargado de formar Gobierno no acepta.

La presencia de Salvini en el nuevo Ejecutivo ha incomodado a otros socios, como el socialdemó­crata Partido Democrátic­o (PD). Se especuló con que el PD podría dar solo su voto a Draghi, sin entrar en el Gabinete, pero ayer su líder, Nicola Zingaretti, declaró que su apoyo será a todos los efectos. «La Liga y el PD son fuerzas alternativ­as», dijo.

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EFE Silvio Berlusconi, ayer, en Roma

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