«EL PACTISMO MÁGICO NO CONDUCE A LA INDEPENDENCIA»
VayaVaya por delante que la expresión «pactismo mágico» ya la acuñó el fugado Carles Puigdemont en cuanto se olió que los de ERC estaban dispuestos a aprobarle los Presupuestos a Pedro Sánchez a cambio de una promesa de indultos que, por cierto, no parecía incluirle. Ayer, Laura Borrás, se descolgó con la misma admonición, como si los chicos de Junqueras y demás compañeros mártires, los del tercer grado de quita y pon, no fueran conscientes de la cruda realidad, al menos, la que se experimenta entre las rejas. Esa misma realidad que aconseja que es mucho más beneficioso tener cogido por los escaños al que manda en Madrid que empeñarse en una vía insurrecta, que se convierte en un sendero abrupto y solitario en cuanto aparece el primer juez de guardia. Sostiene Borrás, sin embargo, que si de lo que se trata es de la independencia de Cataluña, cuestión en la que se supone que los republicanos de la esquerda tienen todavía algún interés, hay que obrar en consecuencia y que, por lo tanto, en lugar de buscar pactos con el enemigo de lo que se trata es de aplicar el resultado de las urnas, a poco que estás den una mayoría separatista del
50 por ciento, ya sea en votos, ya sea en escaños. Viniendo de quien milita en el mismo partido que Puigdemont, –sólo ocho segundos de independencia, pero ¡qué ocho segundos!– los electores no pueden estar seguros de si nos hallamos ante una muestra de ingenuidad o de cinismo. Uno, que acaba de enterarse de que Pastas Gallo deslocaliza parte de la producción que hacía en la planta de Granollers a la que tiene en El Carpio (Córdoba), aconsejaría a los partidos catalanes un retorno a los clásicos esquemas de izquierda y derecha, más que nada, para no acabar con lo que queda de la economía del Principado. Uno puede ser muy independentista, pero, al final, acabas por juntarte con gentes como los de las CUP y te ves debatiendo un tipo impositivo para el IRPF, lineal y general, del 49,9 por ciento. Y eso, luego no hay soberanía que lo arregle.