La Razón (1ª Edición)

Primera victoria contra el lumbago

Nadal supera a Djere en su debut en Australia. Tuvo que cambiar el gesto del saque por las molestias en la parte baja de la espalda. La recuperaci­ón entre partidos será decisiva

- Francisco Martínez -

Hoy lo que podía era haber perdido el torneo, pero he logrado sobrevivir. Para aspirar a lo que yo he venido aquí necesito estar mejor de la espalda» Es el Open de Australia con las pistas más rápidas en las que he jugado. El año pasado las bolas eran lentísimas y quizá ha sido para compensar eso. No me perjudica... Si estoy bien para sacar»

Rafa Nadal

Número dos del mundo

En este Open de Australia más que en ningún otro Rafa Nadal juega un partido dentro de la pista y otro fuera que es igual de importante. Al hacer el gesto del saque, su espalda se pone tensa y eso es una lata. Es en la zona baja, en la musculatur­a lumbar. Una lumbalgia por esfuerzo que le impide hacer con naturalida­d ese primer golpe tan importante. Lo necesita para poder dominar los puntos, más en superficie­s rápidas como la de Melbourne, que este 2021 es incluso un poco más veloz de lo habitual. «El año pasado la pelota era lentísima y no sé si lo han hecho para contrarres­tar eso. Es el Open de Australia más rápido que he jugado. No me perjudica... Si estoy bien para sacar», explicó Nadal. «Hoy lo que podía hacer era perder el torneo, y he logrado sobrevivir», afirmó el manacorens­e tras superar la primera ronda ante el serbio Djere (6-3, 6-4 y 6-1), contra el que tuvo que cambiar un poco ese golpe inicial, cuidándolo, algo más suave, lo que no impidió que lograra cinco saques directos, que conquistar­a el 83 por ciento de los puntos que jugó con primero (40 de 48) y que sólo cediera un break en cinco opciones concedidas. «Ahora tengo un día y medio para descansar», aseguró Rafa.

Ahí es donde empieza el otro días. Las optimistas previsione­s son que la lesión vaya a menos conforme avance el torneo, y el camino que le ha quedado al español facilita en parte que así suceda. Respetando a todos los tenistas, claro, en segunda ronda le espera el joven estadounid­ense (23 años) Mmoh, que tiene como mejor registro en los Grand Slams una segunda ronda en Australia y el US Open, ambos en 2020. Para el siguiente duelo le ha desapareci­do del cuadro Daniel Evans, cabeza de serie número 30. Nadal, además de recuperars­e de sus molestias, que es lo fundamenta­l, necesita ritmo de competició­n, porque el de ayer fue su primer partido oficial desde que perdiera las semifinale­s de la Copa Masters ante Medvedev, el pasado noviembre. La pretempora­da ha sido rara y los dolores le hicieron ser precavido y «saltarse» la Copa

ATP. Solo ha jugado una exhibición ante Thiem y ya. A partir de octavos ya sí podrían llegar curvas con los Fognini o De Miñaur, Tsitsipas...

«Para aspirar a lo que yo he venido aquí necesito estar mejor de la espalda», siguió contando el zurdo lo que le sucede. «Cuando sacas con cuidado, la recuperaci­ón es más lenta al caer del servicio y esto repercute en el juego en general, en la agresivida­d... Al resto no tengo problemas», continuó. Contra Djere se volvió a ver la idea del manacorens­e de ser un poco más agresivo en su juego, lo que lleva años puliendo para intentar acortar los puntos, pasar menos rato en pista y cuidar así su salud. Lo mostró desde el resto a los segundos saques: se iba para adelante en lugar de pegarse a la valla, como suele suceder, sobre todo, en tierra. No pudo ser mejor el arranque de partido del español, con un break rápido para tener el primer despegue en el marcador (3-0) ante un rival que es el 56 del mundo, pero sin demasiado bagaje positivo en los Grand Slams: cuatro victorias y doce derrotas (ahora trece) en su carrera. Resultó ser un tenista de los que gusta a Nadal porque da ritmo. Hubo buenos intercambi­os y Rafa se mostró especialme­nte fino con el revés, que golpeó muy limpio y (¡sorpresa!) con más fuerza todavía que la derecha. Sin complejos. Djere comenzó buscándole esa zona, y le salió respondón el zurdo. El serbio empezó atolondrad­o, pero cuando soltó los nervios se quedó algún rato de partido bonito. Nadal se confió un poco con 5-1 y llegó a ver un 5-3 y 0-30 en el marcador, pero la remontada no fue más allá. Cuando el resto de su rival se marchó fuera para el 15-30 llegó el primer «Vamos» del insular, que también recurrió a algún saque-red para sorprender.

Como Djere subió el nivel, se preveía un segundo set algo más parejo, pero el comienzo fue igual: con una rotura de Rafa que ya le hizo ir todo el rato por delante con cierta comodidad. Cuando tuvo dificultad­es, el servicio le funcionó, lo que supuso una doble satisfacci­ón. La sensación de déjà vu se repitió con el 1-0 del tercer parcial, otro break. Esta vez Rafa llegó hasta el final sin demasiados apuros. Por el camino, dejó tres derechas paralelas espectacul­ares en el juego que más se le complicó. Tres golpazos, más moral para el español.

partido, el de fuera de las canchas. La lumbalgia se va con tratamient­os de calor y frío, ejercicios de fisioterap­ia y con actividad moderada más que con reposo absoluto, pasados los primeros

 ?? EFE ?? Rafa saca en su partido ante Djere. Es el golpe que le molesta por los dolores de espalda
EFE Rafa saca en su partido ante Djere. Es el golpe que le molesta por los dolores de espalda

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