La Razón (1ª Edición)

Gerhaher, más el decir que el canto

- Gonzalo ALONSO

Prosiguió el ciclo de lied del CNDM en el Teatro de la Zarzuela con uno de los más grandes del género, Christian Gerhaher, acompañado por el también habitual Gerold Huber. Esta vez, en su trigésima intervenci­ón en el teatro, con un programa de pocas concesione­s al público que casi llenaba la sala y que recibió a ambos artistas con una cariñosa e interminab­le ovación. Casi superior a la de la despedida tras dos propinas, en las que el cantante se sintió más liberado. Las piezas de Schumann, pertenecie­ntes a la tardía época de Düsseldorf, son bastante desconocid­as y de caracterís­ticas muy similares. Desde luego, distan de la genialidad de ciclos como «Liederkrei­s», «Amor de poeta» o «Amor y vida de mujer». Quizá por ello y por la admiración que sentía Debussy por Schumann, se incluyó al francés para intentar impregnar de cierta diversidad. Sin embargo, el carácter musical de las obras no variaba, por lo que el recital ofreció una cierta monotonía solamente salvada por la sentida interpreta­ción de los dos artistas. La voz de Gerhaher, muy lírica en el timbre aunque se vaya oscureel ciendo con los años, empieza a denotar el paso del tiempo y una cierta falta de colores que salva con las dinámicas, como bien se pudo observar en «Placet futile» de los «Tres poemas de Stéphane Mallarmé» de Debussy. Sus maestros, Fischer Dieskau, Elisabeth Schwarzkop­f e Inge Borkh, le enseñaron la perfecta dicción y la capacidad para matizar el fraseo. El caudal ha crecido y lo sabe proyectar muy bien, combinando inteligent­emente el canto contenido con la plena entrega. Es todo un maestro en

Como se ha apuntado, estuvo más desenvuelt­o en las dos propinas, ambas de Schumann, especialme­nte en «Tragödie», una especie de breve tríptico que él relató al público previament­e de palabra en inglés. A la hora de plantear un programa, conviene tener en cuenta a la audiencia y posiblemen­te ésta hubiera agradecido algún lied más popular en la velada, pero esta vez Gerhaher no quiso ofrecer concesione­s.

«La voz de Gerhaher, muy lírica en el timbre, se va oscurecien­do con los años, pero es un maestro en el decir y el recitar»

decir y recitar, apreciado especialme­nte en el íntimo lied final «Der Einsiedler» de los «Drei Gesänge Op.83» de Schumann, que nos recordó el maravillos­o «Einsamkeit» de 2017 en el mismo escenario.

 ?? RAFA MARTÍN ?? Christian Gerhaher no ofreció concesione­s a la audiencia
RAFA MARTÍN Christian Gerhaher no ofreció concesione­s a la audiencia

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