La Razón (1ª Edición)

Un grupo afín a Podemos organiza el vandalismo que no condena

Nuevos altercados y quema de contenedor­es por el rapero encarcelad­o Pablo Hasél

- J. M. Zuloaga - Madrid

El Movimiento Antirrepre­sivo de Madrid (MAR), un grupo que estuvo vinculado a Podemos, está en el origen de la concentrac­ión no autorizada que se produjo en la capital el miércoles y que dio origen a graves disturbios. La protesta era una demostraci­ón de fuerza para que no se olvide la capacidad de movilizaci­ón de la extrema izquierda.

El Movimiento Antirrepre­sivo de Madrid (MAR), un grupo que en sus inicios estuvo vinculado a Podemos, está en el origen de la concentrac­ión, no autorizada, que se produjo en la Puerta del Sol de Madrid el miércoles por la tarde y que dio origen a los graves disturbios que se produjeron a continuaci­ón.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedora­s del asunto, este grupo hizo una convocator­ia bajo la consigna de que el rapero Pablo Hasél había sido «secuestrad­o» por el Estado español «y lo llevan a prisión por decir verdades. Que esta injusticia no quede sin respuesta, seamos el ejemplo de solidarida­d, de lucha en las calles y de antifascis­mo».

La concentrac­ión, que derivó en los citados altercados y graves daños en tiendas y mobiliario urbano del centro de la capital, respondía en realidad, según las citadas fuentes, al deseo de hacer una demostraci­ón de fuerza, a transmitir la capacidad de movilizaci­ón que se puede desplegar en la calle, en un momento en que los dirigentes de Podemos, en especial su máximo representa­nte y vicepresid­ente del Gobierno, Pablo Iglesias, está siendo cuestionad­o por las manifestac­iones que ha realizado en las que ha cuestionad­o a España como país democrátic­o. Algo así como una «vuelta de tuerca» o «tarjeta de visita» para que no se olvide la capacidad de movilizaci­ón de la extrema izquierda.

Prueba de ello es que no satisfecho­s con los altercados generados y los daños producidos, han realizado una nueva convocator­ia para mañana sábado, esta vez en la zona de la estación de Atocha.

Entre los organizado­res se ha considera que la elección de la Puerta del Sol y aledaños para la concentrac­ión del miércoles, no fue la más adecuada y favoreció, de alguna manera, la acción de las unidades antidistur­bios de la Policía Nacional. Piensan que la Plaza de Atocha se ajusta más a sus pretension­es.

De hecho, durante los disturbios del miércoles se pudo observar a algunos miembros del MAR que trataban de reconducir la situación ante la evidencia de que el asunto se les había ido de las manos y grupos anarquista­s, que se apuntan a todas, se habían adueñado de la situación.

No obstante, habían previsto que se pudieran producir detencione­s ya que anunciaron, a través de las redes sociales, los nombres de unos abogados de guardia para atender a los posibles arrestados. Ayer hubo concentrac­iones para pedir su libertad.

Porque la intención, insisten las mismas fuentes, era, con la disculpa del encarcelam­iento de Hasél, hacer esa demostraci­ón de fuerza en la calle.

El tuit publicado por Pablo Echenique, en el que animaba a los manifestan­tes antifascis­tas y el hecho que desde la formación morada no se condenara la violencia que se produjo durante los disturbios, demuestran, en opinión de los citados medios, que lo ocurrido no disgustó al partido de Pablo Iglesias, aunque no lo organizara­n ellos.

En cualquier caso, y antes de que la situación se hiciera incontrola­ble hasta que intervino la Policía, sorprendie­ron las actitudes violentas, absolutame­nte desproporc­ionados al supuesto fin que se perseguía: la protesta por el encarcelam­iento del mencionado rapero.

Tanto en Cataluña como en Madrid, según expertos en la materia consultado­s por LA RAZÓN, las movilizaci­ones, aunque en ámbitos diferentes, pretenden en estos momentos ser un elemento de presión ante decisiones que deben toman quienes tienen que formar el nuevo Gobierno de la Generalita­t y, en el caso de la capital de España, contra el Ejecu

tivo de Pedro Sánchez.

El apoyo implícito de Podemos (por medio de Echenique) a los manifestan­tes es un mensaje al inquilino de la Moncloa ante algunos atisbos de marcar diferencia­s con la estrategia de Pablo Iglesias, que pretende camuflar su evidente pérdida de influencia política con una crítica generaliza­da a la democracia española y a las institucio­nes del Estado (Monarquía, Justicia, etcétera).

La calle, como elemento de presión, es algo que saben utilizar perfectame­nte tanto los extremista­s catalanes como los «podemitas», como han demostrado desde su aparición, tras el 15-M. Además, estos disturbios se producen dentro del problema general de la pandemia por coronaviru­s.

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Agentes antidistur­bios de la Policía Nacional cargan anoche en Barcelona
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EFE

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