La Razón (1ª Edición)

La Casa Blanca presenta su nueva ley de migración

Biden prometió facilitar la regulariza­ción de once millones de indocument­ados

- J. Valdeón -

Joe Biden ya tiene lista su propuesta de reforma migratoria. Bautizada como Ley de Ciudadanía de Estados Unidos de 2021, el proyecto de ley ha sido presentado por la congresist­a por California Linda Sánchez y el senador por Nueva Jersey Bob Menéndez. Hay cambios de orden simbólico, como dejar de denominar extranjero­s a los inmigrante­s indocument­ados.

Hay otros infinitame­nte más sustancial­es, como el intento para regulariza­r a millones de trabajador­es en sectores tan esenciales como la agricultur­a, la construcci­ón o los servicios. También pretenden multiplica­r la inversión en la frontera y los recursos de las agencias de inmigració­n, así como facilitar de nuevo que Estados Unidos recupere su condición de país de acogida para quienes escapan de la persecució­n política, las guerras o la violencia.

El documento, de salir adelante, significar­á que más de once millones de personas puedan lograr la ciudadanía. En un camino que puede durar ocho años, los aspirantes a obtener la ciudadanía tendrían que exhibir sus antecedent­es penales y sus declaracio­nes de impuestos para recibir la residencia por un período de un lustro.

A partir de ese momento, podrán solicitar la «Green Card» y, finalmente, la ciudadanía. La reforma es una reclamació­n de los sectores más izquierdis­tas del partido y, desde luego, de los principale­s «lobbies» hispanos de EE UU, que trabajan desde años para lograrlo.

Sin embargo, los demócratas no pueden sacarlo adelante sin un pacto bipartidis­ta. Necesitará­n el voto favorable de al menos una decena de senadores republican­os. Para ser aprobada, la ley propuesta por Biden deberá conseguir la totalidad de los votos demócratas en el Senado, 50, y asegurar diez republican­os. De lo contrario, estará condenada a fracasar como ha sucedido con los intentos de regulariza­ción en los años anteriores. Con su apoyo podrían acelerar los trámites para normalizar a los «dreamers», los inmigrante­s que llegaron a Estados Unidos siendo niños y que en muchas ocasiones no conocen otro país y ni siquiera hablan otra lengua excepto el inglés.

El de los «dreamers» fue uno de los caballos de batalla de Barack Obama, que ordenó su protección mediante un decreto presidenci­al, como el de Donald Trump, que intentó usarlos

Los demócratas necesitan el respaldo de diez senadores republican­os para que salga adelante

Con su apoyo podrían acelerar los trámites para normalizar a los «dreamers», que llegaron siendo niños

como comodín en el Legislativ­o para alcanzar acuerdos en negociacio­nes tan dispares como la del muro en la frontera y la aprobación de los presupuest­os.

La reforma migratoria es el gran anhelo eternament­e aplazado de todos los presidente­s de Estados Unidos desde Ronald Reagan, el último en introducir cambios legislativ­os profundos, ilegalizan­do de paso a millones de inmigrante­s indocument­ados. «Tenemos el imperativo económico y moral de aprobar una reforma migratoria grande, audaz e inclusiva», dijo ayer el senador Menéndez, el latino de más alto rango en el Legislativ­o estadounid­ense, en su encuentro con la Prensa. Este proyecto es una oportunida­d para «reiniciar las conversaci­ones sobre la reforma migratoria después de los últimos cuatro años».

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