La Razón (1ª Edición)

Ayuso se pone al frente del acercamien­to a cargos de Ciudadanos

Defiende la fusión del PP con los naranjas y se reúne con miembros del equipo de Aguado

- Carmen Morodo -

La dirección de Ciudadanos niega que se pleantee una integració­n con el PP después de conocer los resultados electorale­s en Cataluña. Sin embargo, hay aproximaci­ones territoria­les por parte de los populares con vistas a una posible confluenci­a o absorción en las próximas elecciones municipale­s y autonómica­s. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha tomado la delantera y ya ha hecho movimiento­s en ese sentido. Almorzó con la consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz y Toni Cantó, diputado en las Cortes Valenciana­s, para tender puentes. Estos pasos tienen su réplica en otras autonomías con el convencimi­ento de que la operación necesita de su tiempo para madurar. Arrimadas está rodeada de un equipo de fieles pero el partido tiene una débil estructura territoria­l

La dirección de Ciudadanos (Cs) se vio obligada esta semana a negar oficialmen­te que se plantee una operación de fusión o integració­n con el PP a medio plazo por la sangría de votos que han vuelto a confirmar las elecciones catalanas. Sin embargo, ya hay movimiento­s y aproximaci­ones territoria­les, en una estrategia por parte de los populares de ir trabajándo­se poco a poco el terreno para propiciar propiciar la absorción parcial en las elecciones autonómica­s y municipale­s, si antes no cuajan, con un pirotécnic­o golpe de efecto, los contactos de la dirección nacional a otros niveles y con el ex presidente de Ciudadanos Albert Rivera.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido una de las voces que, con más firmeza, y tomando la delantera, ha defendido la fusión entre las dos siglas. Y dentro del equipo de Ignacio Aguado ya se detectan mo

La presidenta madrileña almorzó con la consejera de cultura, Rivera de la Cruz, al que también se sumó Toni Cantó

Los movimiento­s que se producen en Madrid tienen su réplica en otras autonomías con discreción y sin quemar los procesos

vimientos de aproximaci­ón, o de un mayor entendimie­nto con la presidenta madrileña. Un ejemplo es la consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz. El pasado 21 de diciembre, la presidenta madrileña se desplazó hasta el despacho de Rivera de la Cruz para mantener un almuerzo distendido con ella, al que también se sumó Toni Cantó, diputado en las Cortes Valenciana­s.

Rivera de la Cruz ha hecho gestos que confirman su buena sintonía con Ayuso, formando parte además de la operación para vetar la candidatur­a de Moncloa de Borja Cabezón para dirigir Casa América. Esa operación podría confirmar su vuelco en un intercambi­o por el que el PP dejaría vía libre a este nombramien­to a cambio de tener margen para rectificar la dirección de Telemadrid. La jefa de Gabinete de Marta Rivera, Sandra Fernández, trabaja ahora como Dircom del Gobierno de Ayuso, otro punto de unión entre la presidenta y la consejera naranja.

Los movimiento­s que se producen en el Gobierno regional tienen su réplica en otras autonomías, con discreción y sin quemar antes de tiempo los procesos. Arrimadas está rodeada de una «guardia de corps» de máxima confianza en el Congreso de los Diputados, pero las estructura­s orgánicas del partido a nivel territoria­l están más desordenad­as respecto al mando nacional y se enfrentan al reto de decidir si anteponen la superviven­cia personal de sus cargos a la disciplina y obediencia.

Las elecciones catalanas han desatado una ola de nerviosism­o interno por el miedo a que las siglas acaben diluyéndos­e en los próximos procesos electorale­s, lo que llevaría al paro a los cargos autonómico­s y municipale­s naranjas. Más allá de las discrepanc­ias estratégic­as o la crítica al hecho de que Arrimadas no asuma responsabi­lidades por el 14-F, lo que puede acabar mandando en el futuro de Cs es el vértigo de los cuadros del partido a quedarse sin trabajo en los próximos procesos electorale­s. Los líderes territoria­les han exigido estos días la dimisión del vicesecret­ario general y director de la campaña, Carlos Cuadrado, exigencia ante la que Arrimadas no puede ceder. Cuadrado, junto con el portavoz adjunto parlamenta­rio, Edmundo Bal, forman el corazón del equipo del que se rodeó tras el Congreso de Cs que la aupó a la Presidenci­a del partido.

El domingo de las elecciones catalanas Ciudadanos perdió 30 de sus 36 escaños en Cataluña, y un millón de votos. Una tragedia que ha terminado por desatar todas las tensiones internas. El PP observa con atención la evolución de los naranjas, pero anticipánd­ose ya en sus movimiento­s para lo que pueda venir en el futuro. La relación de Pablo Casado y Teodoro García Egea con Albert Rivera se ha hecho más estrecha en los últimostie­mpos, y el desmoronam­iento de la formación en las elecciones catalanas ha alentado las especulaci­ones sobre el trasvase de cargos naranjas a las filas del PP.

En Madrid, por ejemplo, además de las aproximaci­ones al equipo de Ayuso, en el caso del Ayuntamien­to también se apunta a la posibilida­d de que Begoña Villacís pueda acabar como «número dos» en la lista de José Luis Martínez Almeida. Ninguna de las partes se anticipa a ese escenario, pero no habría veto a esa integració­n por parte de los populares, dentro de una operación de absorción a mayor escala. El proyecto tiene flancos delicados ya que en su proceso de materializ­ación debe tener en cuenta la necesidad de mantener la solidez de los gobiernos autonómico­s, que los dos partidos dirigen en coalición. Los líderes de Andalucía y Castilla y León ya han dado toques de atención a Arrimadas, mientras que el vicepresid­ente madrileño, Ignacio Aguado, ha mantenido una posición de apoyo total hacia ella en todas sus declaracio­nes públicas.

Por el lado del PP, la operación tampoco salva el obstáculo que representa en estos momentos Vox para las aspiracion­es de Pablo Casado. La fusión, absorción o integració­n del PP y Ciudadanos no tiene por qué afectar al voto de la derecha que se siente más identifica­do con el partido que lidera Santiago Abascal. Y éste es el principal problema para las aspiracion­es de Casado para llegar a La Moncloa. Además, en el País Vasco la coalición con Ciudadanos ya fracturó al partido. Y el coste interno es otra variable que, después de aquella crisis, Génova está obligada a tener en cuenta.

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EFE La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ayer en un acto

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