Macron recurre a Youtube para concienciar a Francia
El presidente pide ayuda a los youtubers Mcfly y Carlito para llegar a la población más joven
UnoUno se sienta a escribir estas líneas y, de repente, suena una cifra en la pantalla del televisor: «227», dice Cristina Pardo a mitad de la tarde del domingo desde su programa de Lasexta. Hace referencia al número de fiestas ilegales que se desalojaron solamente en Madrid durante el fin de semana que acabamos de terminar. Otro nuevo número de la vergüenza que ya vamos interiorizando semana tras semana como si fuera el boleto premiado de la Primitiva. Enseguida, aparece otro corte relacionado con el tema. Esta vez es Martínez-almeida el que, en un vídeo grabado, toma la palabra en mitad de la calle. Promete mano dura: «Vamos a perseguir [a los infractores] con todas las consecuencias».
En las imágenes, el alcalde asegura que «va a caer el peso de la ley» sobre unos irresponsables que llevan el cartelón de jóvenes porque, principalmente, lo son. Sin embargo, tampoco le demos la exclusividad de las peligrosas jaranas a adolescentes y universitarios porque ni solo son ellos los que la lían ni sabemos cómo hubiéramos reaccionado el resto de «mayores responsables» si todo esto nos llega a pillar con 10, 20, 30 o 40 años menos.
Tampoco piensen que la mayoría de los fiesteros son guiris de esos que fletan aviones enteros para celebrar en la clandestinidad lo que en sus países no les dejan hacer. Que los hay, sí. Pero no son el problema de la insensatez general entre la que están nuestros primos, hermanos, vecinos, sobrinos y, en ocasiones, hasta nosotros mismos. El quid está en que, por estadística y por una mera cuestión de responsabilidades y de aguante, con 20 se sale y se desparrama más que con 40 y con 50; y por ello es más probable encontrarse un piso con varias docenas de jovenzuelos hacinados y borrachos a las 3 de la mañana que de talluditos con ganas de marcha.
Por eso mismo, Fernando Sidos món lanzó el guante en verano a los «influencers» patrios para llegar a su público objetivo, en este caso, los jóvenes supercontagiadores. Entonces, los profesionales de las redes apenas reaccionaron. Luego, con los meses, vimos que muchos estaban ocupados haciendo las maletas con rumbo a los Pirineos.
En esa misma línea, Macron ha pedido ayuda a las redes a finales de semana, como ya había hecho anteriormente con otras
«influencers»: Enjoyphoenix y Léna Situations. Esta vez, los agraciados con la «misión presidencial» han sido Mcfly y Carlito, dos youtubers galos que acumulan 6,2 millones de seguidores en la plataforma de vídeos. El desafío era hacer un llamamiento a las masas recordándoles que la pandemia no se ha terminado y que hay que seguir manteniendo la compostura y que el «bicho» se vaya de una vez. Para considerar el objetivo como cumplido, el gabinete de Macron puso una cifra encima de la mesa: 10 millones de impactos. Si el dúo logra alcanzar este número de visualizaciones tendrán el derecho, o el honor, de presentarse en el Elíseo y tomarlo como plató de una de sus actuaciones. Además, el «président» deberá acceder a una entrevista.
Que se vaya preparando Macron porque, al cierre de esta edición, el vídeo, lanzado a las 10 de la mañana, ya iba camino de alcanzar los 4 millones.