La huelga general paraliza Birmania
Miles de antigolpistas protestan en las calles a pesar de las amenazas de la Junta
Los ciudadanos birmanos no se rinden. Ayer, cuando se cumplían tres semanas del golpe de Estado del Ejército, miles de personas se echaron a las calles para participar en una huelga general que aglutinó a sanitarios, funcionarios, ingenieros, estudiantes, profesores o dependientes. Bajo una fuerte presencia policial y con las calles bloqueadas por los uniformados con barricadas, las protestas fueron las más numerosas desde la asonada del 1 de febrero y lograron paralizar el país.
La jornada, que fue aprovechada por los antigolpistas para rendir homenaje a los dos manifestantes que murieron el fin de semana por los disparos de la Policía, fue denominada «la revolución de los cinco doses». Dicha nomenclatura hace referencia a la fecha de ayer, 22-2-2021, y guarda similitudes con la del 8 de agosto de 1988 (8-8-88), cuando los militares reprimieron el levantamiento de los estudiantes a favor de la democracia dejando numerosos muertos y heridos.
De nada sirvió la advertencia de la Junta Militar, que el domingo por la noche había emitido un comunicado para evitar que la gente saliera en masa. «Los manifestantes están ahora incitando a la gente, especialmente a adolescentes y jóvenes emocionados, a un camino de confrontación en el que sufrirán la pérdida de la vida», proclama la televisión estatal birmana.
Aun así, los manifestantes llenaron las calles de Rangún, Naipyidó, Mandalay y otras ciudades, donde numerosos comercios permanecieron cerrados. En la capital, las Fuerzas de Seguridad dispersaron a los congregados con cañones de agua y arrestaron a una veintena de manifestantes, según los medios locales. Por todo el país se pudieron escuchar consignas a favor de la liberación de la líder del país, Aung San Suu Kyi, y por el restablecimiento de la democracia que el levantamiento echó por tierra.
A medida que fueron aumentando las protestas del lunes, lo hizo la presión internacional. «Hago un llamamiento al Ejército de Myanmar para que detenga la represión de inmediato», declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. «Liberen a los presos. Acaben con la violencia», agregó. También ayer, la UE se sumó a la imposición de sanciones contra los golpistas.