El accidente del 777 ahonda la crisis de Boeing

Boeing sigue en 2021 la opaca estela que dejó en 2020. El fabricante de aviación vuelve a toparse con nuevas deficiencias de seguridad en sus modelos que profundizarán la crisis que ya atraviesa la compañía. Para Boeing, el pasado año estuvo marcado por la pandemia y la prohibición de las operaciones de su modelo estrella, el 737 MAX. El resultado de esta receta del desastre fueron pérdidas por valor de 11.941 millones de dólares (9.800 millones de euros), frente a los 636 millones (523 millones de euros) perdidos en 2019. Este agujero en las cuentas del gigante estadounidense podría agrandarse ante la nueva crisis de su modelo 777, que el pasado sábado experimentó un fallo en el motor, provocando que este ardiera en pleno vuelo Denver (Colorado)-honolulú (Hawái) con 231 pasajeros a bordo.

No hubo que lamentar heridos ni fallecidos, pero la compañía no ha querido volver a repetir la historia de los 737 MAX, cuyo fallo técnico en el sistema de estabilización provocó la muerte de 346 personas en Indonesia y Etiopía en 2018 y 2019. Por ello, Boeing recomendó ayer suspender las operaciones de los 69 aviones del modelo 777 que se encuentran en servicio y de los 59 en almacenamiento, todos ellos con motores del tipo Pratt & Whitney 4000-112, mientras investigan lo ocurrido.

Ese mismo sábado, un avión de carga Boeing 747-400 perdió varias piezas de las palas de la turbina al sufrir un incendio en un motor tras despegar del aeropuerto de Maastricht (Holanda).

Reino Unido tomó cartas en el asunto y anunció que los Boeing 777 no podrán entrar en el espacio aéreo del país de forma temporal. Japón también siguió los consejos del fabricante y decidió supender los vuelos de una treintena de aviones de este modelo.