Maduro expulsa a la embajadora de la UE y amenaza a otros cuatro diplomáticos
Ordena la expulsión en 72 horas de la embajadora europea y amenaza a otros cuatro diplomáticos, entre ellos, el español a los que acusa de ser los artífices de las últimas sanciones contra 19 altos funcionarios chavistas
Por segunda vez en menos de un año, la embajadora de la Unión Europea en Caracas, Isabel Brilhante Pedroza, ha sido declarada «persona non grata» en Venezuela por parte del Gobierno de Nicolás Maduro. Su canciller, Jorge Arreaza, notificó personalmente a la diplomática de la decisión, haciéndole saber que tiene 72 horas para abandonar el territorio. La sentencia respondió a una petición hecha un día antes por la Asamblea Nacional de supermayoría oficialista, como respuesta a las sanciones personales que el bloque de Los Veintisiete anunció contra 19 funcionarios venezolanos, por violación a derechos humanos o por participar en la organización de la elección no democrática de diciembre pasado que resultó en ese Parlamento.
Después de reunirse con Brilhante Pedroza, Arreaza convocó al Ministerio de Exteriores a los embajadores de España, Francia, Alemania y Países Bajos. «Les entregamos una nota de protesta firme porque la información que manejamos es que fueron estos cuatro Gobiernos los que actuaron con una mayor mala intención para fomentar estos nuevos ataques con las sanciones». El funcionario informó que a los jefes de delegaciones diplomáticas de estos cuatro países se les obsequió un ejemplar de la Constitución venezolana y otra de la Carta de Naciones Unidas. Argumentó que la entrega de estos presentes estaba justificada porque las acciones de los embajadores denotan un supuesto desconocimiento de lo que en estos documentos se establece sobre soberanía y relaciones entre naciones. «Es de suponer que un embajador debe conocer la Carta, así como la Constitución del país donde están ejerciendo funciones, pero se que el obsequio era necesario», expresó el titular de Exteriores. El canciller de Maduro afirmó que los diplomáticos le insistieron en que la expulsión de la embajadora de la UE no ayuda a solventar la crisis política venezolana. «Incluso recibimos un
Desde Bruselas se advierte al régimen de que con esta medida aumenta su aislamiento de la arena internacional
mensaje de nuestro homólogo en España –no especificó si hablaba del ministerio de Exteriores o de la propia ministra Arancha González Laya– que nos decía o sugería no responder con cañones tiros de escopeta. Siempre tratando de responsabilizar al Gobierno de Venezuela. ¿Es que no son cañones las sanciones, el desconocimiento de la Asamblea Constituyente, de los órganos legítimamente constituidos?». Ante eso reiteró que «yo no sé si es cinismo o hipocresía». Arreaza, en esa comparecencia televisada y sin preguntas, dijo que en el Gobierno de Maduro «no quicomprueba
siéramos tener que decirles adiós a los representantes de esos países europeos» convocados a reunión. «Si Europa quiere reconstruir puentes con el Estado venezolano, hay disposición. Pero exigimos respeto». La reacción del régimen chavista se produce después de que se sumaran 19 personas a la lista de sancionados que ya incluye un total de 55 personas. La particularidad de este último grupo es que por primera vez incorpora a personas que se califican como opositoras, aunque participaron en las elecciones parlamentarias fraudulentas o se prestaron para la intervención de partidos políticos que adversan a Maduro.
Entre los sancionados está el vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, Leonardo Morales, que no ha reaccionado públicamente pero ha sido defendido por opositores moderados y partidos políticos que participan de una «ruta electoral» definida por las condiciones que decida el chavismo gobernante. Analistas y activistas cercanos a esas posturas han dicho que la decisión de Los Veintisiete aleja posibles acuerdos electorales en el corto plazo con el régimen bolivariano como los que buscan actores no alineados con Juan Guaidó, considerado por Europa como «interlocutor privilegiado». De hecho, la decisión tomada por el Parlamento chavista resultó del voto unánime de sus miembros, incluyendo la bancada de quienes se definen como adversarios de Maduro. En el exhorto al Ejecutivo llamaron también a cerrar la oficina diplomática del bloque de países en Caracas.
Isabel Brilhante Pedroza fue expulsada de Venezuela el 29 de junio de 2020, después de que entonces la UE impusiera un paquete de sanciones a once aliados del chavismo. Aquella decisión fue anulada 48 horas después. Al salir de la reunión con Arreaza, carta en mano, no brindó declaraciones. El comisionado para Relaciones Exteriores de Juan Guaidó, Julio Borges, denunció que las decisiones del régimen venezolano pudieran empeorar las condiciones humanitarias. «El cierre de las oficinas de la UE provocaría la suspensión inmediata de programas de ayuda humanitaria, lo cual afectaría a cientos de ciudadanos venezolanos que hoy sufren las consecuencias del Estado Fallido de Maduro. Esto solo aislará más a Maduro y recibirá un enérgico repudio del mundo libre. La presión democrática internacional es una respuesta a la destrucción de las libertades en el país, al empeño de impedir elecciones libres no cesará hasta tanto no se restablezca la democracia», dijo en un comunicado.
La oposición mayoritaria de Venezuela, que encabeza Guaidó, no participó las elecciones de diciembre, y por lo tanto no forma parte del cuerpo legislativo actual. Ahora, el líder opositor ha dicho que no se puede pensar en escenarios electorales regionales y locales, que serán organizados para este 2021, si no se permite que haya elecciones presidenciales y parlamentarias válidas, con condiciones democráticas plenas. Bruselas aseguró que la expulsión de su embajadora, no hará más que aislar a Venezuela en el escenario global. «La UE lamenta profundamente esta decisión que no hará más que aislar a Venezuela internacionalmente. Pedimos que se revierta esta decisión», dijo a Efe la portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Nabila Massrali.