Oposición entre iguales en el Congreso
Sánchez y Casado se lanzan gestos y Podemos y Vox amenazan con romper
El Congreso fue ayer escenario de un debate sobre el avance de la pandemia en España que se asemejó más a un debate sobre el estado de la nación. Cada partido subió a tribuna para marcar perfil, lanzar sus consignas y resolver sus propias cuitas internas. Guerras intestinas que se libran en los espectros ideológicos de la izquierda y la derecha, donde los que deberían ser socios se han convertido en oposición. El caso más palmario es el que se vive en la Moncloa. Tras semanas de conflicto interno y con una interlocución directa entre Sánchez e Iglesias que no llega, el presidente del Gobierno lanzó llamadas de unidad al PP –en plena negociación del CGPJ– que Casado respondió con su intención de retomar la moderación, mientras que Podemos y Vox les enmendaban la plana. Los morados advirtiendo que la coalición está en juego y Abascal amagando con una nueva moción de censura.
Unidas Podemos optó por no recoger el guante que llegaba este martes desde Moncloa rebajando el tono de las desavenencias y avisó directamente a Sánchez del «fracaso de la coalición» si no apostaban por tomar «medidas valientes» –en referencia a las discrepancias en materia de vivienda– y de resolver las diferencias por medio del debate. Un aviso que Sánchez no quiso dejar pasar y con el que aprovechó para pedir a los morados relajación. Aunque se mostró «razonablemente satisfecho» con los logros de la coalición, advirtió de la necesidad de «reducir los decibelios» tanto en el Gobierno como en el Congreso. Además, les pidió «combinar las exigencias» con el «realismo» también por las diferencias en vivienda.
Las tensiones en el Gobierno tienen también su réplica en la Cámara Baja. Socios leales como el PNV volvieron a advertir de su hartazgo. «Nos espanta la política declarativa y la pugna interna», aseguró Aitor Esteban. Desde Más País, su diputado Íñigo Errejón, reprochó que el Gobierno había «perdido el rumbo y el liderazgo» por estar ensimismado en la crítica interna.
Por su parte, la oposición volvió a cargar contra Sánchez por su mala gestión en la pandemia. El líder del PP, Pablo Casado pidió que se celebre ya un debate del Estado de la Nación y retó a Sánchez a «mancharse» con «medidas de verdad» anticrisis. Le recriminó que se dedique en el Congreso a agitar el «espantapájaros de la ultraderecha» y le acusó de parpaetarse en el bulardero de las comunidades para la gestión de la crisis y el «capote de Europa». Casado volvió a insistir a Sánchez en que «es fundamental que cese del Gobierno a los que atacan a la monarquía, la Justicia, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a la prensa libre, los que defienden la autodeterminación, justifican a ETA y cuestionan la calidad de nuestra democracia».
Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal amagó con presentar una segunda moción para que «algunos puedan redimirse» en referencia al PP a quien reprochó su negativa a apoyarles entonces y haber querido ser los «protagonistas y convertirse en víctimas». Abascal también recriminó a Sánchez el silencio cómplice del Ejecutivo ante la «kale borroka» catalana que protesta por la encarcelación del rapero Pablo Hasel. «Si quieren hacer algo por la libertad dejen de animar a los terroristas callejeros».