La Razón (1ª Edición)

Montero llama a «llenar las calles» y Sanidad lo rechaza El PP censura que se permita el 8-M mientras que «no se autorizan manifestac­iones de apoyo al sector turístico»

- A. M. / R. E. -Madrid

El 8 de marzo es una fecha en rojo en el calendario del Gobierno de coalición. Ya lo era para el PSOE en solitario, pero con la entrada de Podemos en las institucio­nes se ha establecid­o una suerte de carrera en el ámbito de la Igualdad por parte de ambos partidos. El 8-M de 2020 se vio esta competició­n por capitaliza­r el sentimient­o sentimient­o feminista y las movilizaci­ones, en plena pugna por la paternidad de la Ley de Libertad Sexual («solo sí es sí») que se aceleró para que estuviera lista en tan reseñada fecha. Entonces, cada partido llevó su propia pancarta, su propia bandera, y no se vio la unidad de la coalición. Si hubo cierta conexión en los contagios que se produjeron. Tanto la ministra de Igualdad, Irene Montero, como la de Política Territoria­l, Carolina Darias, cayeron enfermas de Covid-19 después de participar en las movilizaci­ones. Sin embargo, desde el Gobierno se evitó desincenti­var la asistencia a estas manifestac­iones, consciente­s de que es una cita en la que se juegan mucho dentro de su electorado.

Por esta razón, este año, en plena tercera ola, no parece que se vaya a actuar con mayor precaución. Desde el movimiento 8-M y desde el Ministerio de Igualdad de Irene Montero se ha llamado en las últimas horas a «tomar las calles» pese al coronaviru­s. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, asegura que «no ha lugar», pero deja en manos de las delegacion­es del Gobierno la eventual autorizaci­ón o no. En Madrid ya han anticipado que no serán más numerosas de 500 personas. El formato de estas movilizaci­ones todavía no está claro, hoy mismo habrá una rueda de prensa para anunciar la agenda de actos. A preguntas de este diario, en el PSOE no desvelan en qué actos participar­án, pero si algo parece claro es que no cederán la bandera de la movilizaci­ón, que estará liderada por la vicepresid­enta Carmen Calvo.

La vicepresid­enta primera del Gobierno está inmersa en plena pugna con Unidas Podemos por su intromisió­n en la cartera que

detenta Irene Montero a cuenta de la Ley Trans, nuevo caballo de batalla, que los morados querían tener lista para el 8-M y que los socialista­s han bloqueado por las lagunas legales que existen en el texto. Desde Unidas Podemos critican, en privado, que Carmen Calvo «no ha asumido» que la cartera de Igualdad recae en el partido morado.

El 8-M volvió a estar presente ayer en el Congreso de los Diputados a raíz de una interpelac­ión urgente del PP sobre la situación de las mujeres en España al cumplirse un año de la creación del Ministerio de Igualdad. Los populares recriminar­on a Montero la celebració­n de la manifestac­ión de 2020 y lamentaron que si se hubiese confinado a la sociedad siete día antes del 8-M «23.000 familias hoy no estarían rotas». A la par denunciaro­n que se permita la celebració­n este año mientras «no se autorizan manifestac­iones de apoyo al sector turístico», dijo. «El 8-M quedará en los anales de la historia por su incapacida­d», lamentó igualdad», resumió.

En su turno de réplica, la ministra acusó a los populares de negar la igualdad y defendió que las políticas de igualdad sirven «para que muchas mujeres sobrevivan y para construir un presente y un futuro mejor». Sobre el 8-M, Montero prometió seguir «empujando» desde su ministerio «para defender la igualdad» y preguntó al PP por el lugar en el que se posicionab­an. «¿Dónde están ustedes, con el feminismo o con Vox»?, zanjó.

la diputada Margarita Prohens que aprovechó a hacer un repaso sobre la gestión de Montero a cargo de Igualdad: «Más paro feminismo, más brecha, menos

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