(A SÁNCHEZ E IGLESIAS) «JUEGAN A LA POLÍTICA MIENTRAS MI GENTE SE MUERE DE HAMBRE»
AnaAna Oramas acumula legislaturas y experiencia política y parlamentaria para regalar a muchos de sus colegas de hemiciclo en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo. Elección tras elección, ha renovado la confianza de miles de electores. Su trayectoria avala una conducta de moderación en defensa de los intereses de los votantes canarios y del bien común de los españoles. Se ha desenvuelto con ánimo dialogante y voluntad de pacto con distintos. Con aciertos y errores, con los acuerdos o las discrepancias que nos generen sus posiciones, sería injusto atribuirla actitudes sectarias o arbitrarias sin tasa. Peregrinar por la política contemporánea con una imagen razonablemente íntegra y cabal no es una suerte que abunde. Más bien al contrario. Oramas, por tanto, no da el perfil de vocera inflamada, sobreactuada, ofensiva o pérfida. Sirva este contexto para enmarcar y ponderar su demoledor alegato de ayer en el Congreso a propósito de la tragedia inmigratoria que padece Canarias, zaherida además por la ruina económica provocada por el covid. Sus invectivas contra el presidente y el vicepresidente, Sánchez e Iglesias, fueron el retrato sonoro de un fracaso criminal y para muchos delictivo: «Son ustedes un fraude. Es una afrenta, indignante verlos jugar a la política mientras mi gente se muere de hambre». Afligida por la desesperación que rezuman sus islas, detalló el dolor de una tierra abandonada a un drama humano silenciado. «No hay palabras para lo que ustedes están haciendo»; «han convertido Canarias en una cárcel para tener hacinados a miles de inmigrantes»; en «una zona catastrófica de pobreza»; es «mentira» que sea un Gobierno social, no trabaja para los que peor están. Cabe imaginarse a Sánchez e Iglesias sin mover un músculo, hieráticos, miradas perdidas en cualquier dirección que no fuera la tribuna de oradores. Con idéntica desatención y menosprecio que ha merecido la agonía de los canarios y de tantos invisibles frente a la pandemia en tanto que no sirvan ni colaboren con el relato mendaz del poder.