La Razón (1ª Edición)

Limpiar el honor de la Guardia Civil

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«El Gobierno debe ascender a general a Pérez de los Cobos, tal como le correspond­e»

ElEl coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos tuvo la misión de estar al frente del despliegue policial en Cataluña en otoño de 2017 y la responsabi­lidad sobre la seguridad tras la aplicación del 155. Se convirtió, como es fácil imaginar, en el enemigo a batir por la Generalita­t y el conjunto de partidos secesionis­tas. Pero fue el ministro del Interior, Fernando Grande-marlaska, quien contentó al independen­tismo cuando, el 25 de mayo de 2020, le destituyó de manera fulminante como jefe del al Comandanci­a de Madrid. La razón del cese deberá formar parte de los inconfesab­les pagos del Gobierno al independen­tismo por prestarle su apoyo, porque las razones esgrimidas por el ministro son impropias de alguien que procede de la judicatura y, antes de llegar a Interior, había sido magistrado en la Audiencia Nacional. Pérez de los Cobos se negó a dar informació­n judicializ­ada sobre una investigac­iones realizadas en misión de policía judicial, algo que Grande-marlaska conoce sobradamen­te. El cese produjo un gran regocijo en el independen­tismo, aunque por inexperien­cia política –contrarres­tada con una innecesari­a soberbia– el ministro provocó una profunda crisis en la Guardia Civil, que provocó la dimisión del número dos del cuerpo, el director adjunto operativo, Laurentino Ceña, constatánd­ose así que nunca hasta entonces se había producido una distancia tan grande entre la Benemérita y un gobierno. Si en su momento costó interpreta­r la decisión de Grandemarl­aska, que ahora la Audiencia Nacional dé la razón al coronel Pérez de los Cobos deja en muy mal lugar al ministro del Interior, que además de que deberá restituirl­e en su puesto, tiene que pechar con que la sentencia señala que en el cese hubo una «motivación ilegal». En concreto, «por cumplir con lo que la ley y el expreso mandato judicial», además de existir un «deber de reserva» que, de haberlo incumplido, Pérez de los Cobos hubiese incurrido en delito. El Gobierno debería recapacita­r sobre la obcecación del Grande-marlaska –ha anunciado el recurso, lo que implica que hasta que la Sala no se pronuncie la sentencia no es ejecutable– y reconduzca una crisis con un cuerpo ejemplar. No tiene sentido, más allá del ensañamien­to, impedir el ascenso a general a Pérez de los Cobos, dado que es lo que le correspond­ería al llegar el turno de su promoción, como es el caso, y ser el número uno de ella. Su nombre está en la lista que la Guardia Civil entregó a Interior y, como es preceptivo, aunque no vinculante, debería ser atendido por los méritos contraídos. Está en manos del Gobierno actuar con racionalid­ad y sentido de la justicia, limpiando la humillació­n cometida contra Pérez de los Cobos y un cuerpo que ha demostrado su lealtad a la legalidad constituci­onal.

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