La Razón (1ª Edición)

El voto ya se aglutina en el PP

- Lorente Ferrer

Los historiado­res fijan el 7 de noviembre de 1942 como fecha del punto de inflexión en la II Guerra Mundial. La primera victoria de los ejércitos aliados desde el inicio del conflicto. La Batalla de Elalamein significó el inicio del declive alemán.

El próximo 4 de mayo podemos encontrarn­os en la Comunidad de Madrid en esa situación, en la que el PP se fortalezca con la concentrac­ión del voto de las derechas, y que la alianza de las izquierdas no sume, y que además tenga menor apoyo que en 2019, a pesar de la concurrenc­ia de Iglesias.

Pero los efectos desatados por la tormenta de las mociones de censura contra autonomías gobernadas por el PP no solo se circunscri­ben a la Comunidad de Madrid, Castilla y León y Región de Murcia, sino que han sobrepasad­o los límites regionales y se ha extendido a toda España.

Desde el día 10 de marzo la inmensa mayoría de las encuestas autonómica­s en esas tres regiones recogen avances del PP que no se veían en muchos años. Al mismo tiempo, la izquierda en su conjunto, retrocede.

La operación orquestada por el PSOE para quitar poder territoria­l al PP ha fracasado y quedó a la vista que contaba con la connivenci­a de miembros de Cs. Lo que enfadó en grado superlativ­o a más de la mitad del electorado naranja, que a raíz de ello ha dado la espalda, en cuestión de días a Cs y se pasa en masa al PP. Obviamente la mayoría de los votantes de Cs prefieren como socio al PP que no al PSOE, y aún más si este va acompañado de Unidas Podemos

Fue un error de cálculo de los miembros de Cs que participar­on en la conspiraci­ón alentada desde Moncloa. Pero también del Zorro del Desierto de turno del PSOE, que desde el 10 de marzo ha perdido su aureola de imbatibili­dad y ha mordido el polvo por primera vez. Las consecuenc­ias del fracaso de las mociones de censura y de la instrument­alización de Cs por parte del PSOE, pasa factura dramáticam­ente al partido naranja, pero indirectam­ente, también aunque en menor grado, al PSOE, pues su «astuto» plan ha sido un completo fracasado, ya que no solo no ha debilitado al PP, sino que lo ha reforzado con votantes del centro, y lo convierte en la primera fuerza política con diferencia respecto a los socialista­s. El PP extiende sus dominios a derecha y centro. El centro ya está ocupado por el PP, así como la derecha. El intento de blanqueo perpetrado por el PSOE, de hacer olvidar sus alianzas con Bildu y ERC, acercándos­e ahora a Cs, ha fracasado.

El absurdo plan de desalojar al PP de estas tres autonomías ya se esbozó previo al 14-F, y el 15 de febrero ya estaba perfilándo­se. El PP había recibido un fuerte correctivo en Cataluña. Pero las circunstan­cias en este territorio son muy específica­s y no extrapolab­les. Los populares habían quedado en Cataluña como tercera fuerza entre las derechas. Superados por VOX e incluso por Cs.

Seis semanas después del 14-F, y gracias a la torpeza de la estrategia de Moncloa y de parte de Cs, la situación ha dado un giro de 180 grados, tanto en las autonomías en las que se han derrotado o evitado las mociones de censura, como en el conjunto nacional.

También las encuestas de ámbito nacional publicadas en las últimas semanas otorgan un gran crecimient­o al PP y descenso del PSOE y Cs. Registránd­ose la distancia menor entre PSOE y PP desde 2019 y el peor resultado de Cs desde 2015.

Por lo tanto, la capacidad de recuperaci­ón del PP, que producía hilaridad en Moncloa hasta hace tres semanas, es un hecho consumado y que se extiende como una gigantesca mancha de aceite por todo el territorio nacional. Lo que los populares no habían logrado en los últimos años, asimilar a Cs, se lo ha facilitado el PSOE y algunos miembros de Cs.

Pero además, no solo el PP gana terreno hacia el centro, sino también hacia la derecha. Si consigue tres de cada cuatro votantes naranjas, también atrae ya a uno de cada cuatro electores de Vox. La centrifuga­dora de Casado ya está en marcha, reunifican­do el espacio del centro derecha bajo la dirección de un único partido. En el último barómetro del CIS, el correspond­iente al mes de marzo, se observa la proximidad ideológica de las tres facciones que hoy componen el centro derecha español; los votantes del PP ocupan la posición central con 6.5 puntos y equidistan­te con Cs y Vox. Con 5,5 se sitúan los electores de Cs y con 7,2 los de Vox.

La transferen­cia de votantes de Vox hacia el PP hará bajar el porcentaje de voto de los de Abascal. En las últimas elecciones generales Vox obtuvo su mejor resultado histórico, con el 15,0% de los votos y 52 escaños. Cada escaño tuvo un coste medio de 71.000 votos. Mientras que a Cs, con el 6,8% del electorado, le correspond­ieron 10 diputados, al precio de 170.000 votos por parlamenta­rio. El PP con el 20,8% consiguió 89 diputados, a una media de 57.000 votos por escaño. Una mayoría absoluta de las derechas en las próximas elecciones generales, con tres candidatur­as diferentes, no sería viable con el sistema de reparto de diputados. La mayoría absoluta de 2011 del PP se consiguió con 10.9 millones de votos. Que le adjudicó 186 escaños. El coste por diputado fue de 58.000 votos.

Los resultados de las elecciones del próximo 4 de mayo van a redibujar un nuevo mapa político en la Comunidad de Madrid y en el conjunto nacional.

Los populares se fortalecen por la concentrac­ión del voto y la izquierdas puede que no sumen, a pesar del «efecto Iglesias»

El PP gana terreno en el centro, pero también hacia la derecha. Atrae ya a uno de cada cuatro electores de Vox

El plan del PSOE para desgastar al PP, a través de Cs, ha fracasado porque ha reforzado a los votantes del centro

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